La provincia

Mensajes de una tarjeta roja

El gobernador con ministros en una de las reuniones de esta semana por la crisis financiera y el conflicto salarial. En Paraná, el kirchnerismo lo excluyó de la cúpula del espacio
El gobernador con ministros en una de las reuniones de esta semana por la crisis financiera y el conflicto salarial. En Paraná, el kirchnerismo lo excluyó de la cúpula del espacio

LA PLATA, Marzo 17.-(Por Marisa Alvarez) La tarjeta roja que la superestructura del oficialismo le sacó el viernes al gobernador Daniel Scioli se convirtió, sin duda, en un dato político relevante, que preanuncia decisiones fuertes con relación al proceso electoral bonaerense.

Once gobernadores, el Vicepresidente y ministros que, claramente, representaban a la Casa Rosada, más una pléyade de intendentes y legisladores, constituyeron la plana mayor del oficialismo que se reunió en Paraná para “ratificar el liderazgo” de Cristina, mostrar “unidad” y exponer la vocación de “ganar una década más” para el “proyecto nacional y popular”, de acuerdo a las expresiones formales del encuentro. Pero como no era necesaria semejante movida para que la política y la sociedad tuvieran en claro ninguna de esas tres cuestiones, resultó más que evidente que el mensaje sobresaliente de la cumbre era la exclusión de Daniel Scioli del grupo de referencia y poder del oficialismo.

Expulsando a Scioli

Sobraron los gestos destinados a consolidar ese mensaje. No lo invitaron al encuentro y lo hicieron notar; lo cubrieron de críticas antes y durante la movida, con eje en definir su aspiración presidencial para 2015 como un “proyecto individual y personal” y mandaron a un bonaerense -el intendente de Varela, Julio Pereyra- a decir expresamente, en una tibia esquivada del verbo “expulsar”, que el peronismo “debe sacarlo”.

No se planteó en Paraná formalmente el proyecto de la re-reelección de Cristina porque hay directivas de la Casa Rosada de no mencionarla hasta nuevo aviso -aunque algunos dirigentes la promovieron “a título personal”-, pero ese objetivo del ultrakirchnerismo sobrevoló el encuentro. Sin mengua, claro, de que los aspirantes inconfesos a convertirse en “el heredero” si la re-re no sale (Urtubey, Urribarri, Gioja, Alperovich y Capitanich encabezan la lista) hayan subrayado su cristinismo.

Por eso -porque sobran en el kirchnerismo los aspirantes a la Presidencia para el 2015-, en la decisión de “dejarlo afuera” a Scioli está también la intención de marcar que la cúpula del oficialismo ya descartó al bonaerense como su “candidato natural” como cree el Gobernador que será cuando se caiga la opción de la re-re.

Podría resultar llamativo que esta movida de aislamiento se haya concretado a 16 meses del día en que Scioli blanqueó su pretensión presidencial. Pero ocurre que el posicionamiento del núcleo de poder del kirchnerismo -en rigor, de la Casa Rosada- con relación a Scioli es la primera definición fuerte sobre el proceso electoral de este año, para el que ya empezó la cuenta regresiva, en particular sobre los comicios en el distrito bonaerense que, siendo el territorio decisivo, aparece como el más turbulento.

Señales para los comicios

En la Gobernación ya toman nota de que Scioli deberá despedirse de su objetivo central para estos comicios: ubicar candidatos propios en las listas del FpV, en particular las de legisladores provinciales, convencido de que la “gobernabilidad” de los dos años de mandato que le restan dependerá de la Legislatura.

El viernes a la noche, en Paraná, quedó claro que Scioli no será consultado a la hora de definir las candidaturas, que serán otorgadas sólo a “los incondicionales” -una categoría de la que ya fue tachado el nombre del Gobernador, según el entrerriano Urribarri- y en las que ocuparán un rol aún más preponderante que en 2011 “los jóvenes”, es decir, La Cámpora.

En el kirchnerismo, además, se afianza la intención de suspender para este turno electoral las “primarias” (ver pág. 14). Se suprimiría así la posibilidad de recurrir al “plan B” pensado no por Scioli pero sí por algunos de sus operadores: presentar listas propias en la interna del FpV si les negaran los lugares pretendidos.

Estas “novedades” no moverán un milímetro a Scioli, sin embargo, de su decisión de permanecer en el Frente para la Victoria para estas elecciones, según afirman por estas horas en la Gobernación.

Scioli -dicen sus “confesores”- entiende que no es este turno electoral “el tiempo” adecuado para definir posicionamientos que implicarían enfrentar directamente a la Presidenta. Y afirma que no lo preocupa la flamante exclusión de la superestructura del oficialismo porque -sostiene- su fuerza para su eventual candidatura presidencial no pasa por allí sino “por la gente”, esto es, por la alta imagen positiva y buena intención de voto que le muestran las encuestas.

Los analistas observan, con todo, que no por nada el Gobernador se ha trazado una estrategia en la que preveía, como se dijo, ser el “candidato natural” del oficialismo. El peronismo sabe mejor que nadie que sin “estructura” es muy difícil llevar adelante una postulación, en particular una presidencial. Y ni hablar de lo que implicaría, en términos de chances, un escenario en el que el voto se dividiera entre dos candidatos de lo que hoy es el oficialismo.

Los dramas ciudadanos

Mientras tanto, los bonaerenses viven con creciente inquietud los dramas cotidianos derivados de dos planos institucionales en crisis, el financiero y el vinculado a la seguridad.

Otra oferta de aumento salarial fue rechazada por los docentes. Y esta vez fue la última (salvo que la Nación aporte un muy improbable auxilio financiero), augurando una profundización de los paros en las escuelas, a los que se sumarán los de diversas áreas de la Administración. Y la inseguridad extrema ha vuelto a reflejarse en crímenes salvajes que conmueven a la sociedad y añaden miedo al miedo. Un esquema en el que, el vandalismo y la violencia que “algunos” le comenzaron a aportar a los pacíficos reclamos de justicia viene a aportar aún mayor zozobra.(Fuente: EL DIA)

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