Panorama político bonaerense

Los misterios parecen ceder después del primer examen

Algunos cantan victoria y dan por consumado el hecho de que repetirán casi en los mismos porcentajes para los comicios de octubre.
Algunos cantan victoria y dan por consumado el hecho de que repetirán casi en los mismos porcentajes para los comicios de octubre.

Con los resultados de las elecciones primarias a la vista, algunos cantan victoria y dan por consumado el hecho de que repetirán casi en los mismos porcentajes para los comicios de octubre.

Scioli quedó a un paso, pero su triunfo, aún por una diferencia de treinta puntos, le depara repetir por esa diferencia ante la eventualidad de una comparación con los resultados que obtenga Cristina, quien puede aún superar el 53 por ciento en el territorio bonaerense en la primera o única vuelta.

El actual mandatario se vio acompañado por varios sectores, incluso aquellos que se comentaba que iban a estar apoyando a De Narváez o al Duhaldismo. Nada de ello ocurrió.  Los punteros suelen husmear para dónde hay que ir sin morir en el intento. El famoso mito de los traidores del 2009, apostando al corte de boleta en el conurbano, no se reiteró en esta oportunidad.

Finalmente, ninguno de los denominados "heridos"  por haber sido borrados de las listas influyó o quiso influir en algún corte de boleta operado. Ahora, las usinas opositoras indican que no era el momento. Pero los resultados dieron aviso de un triunfo por amplia diferencia de Scioli sobre su inmediato competidor. ¿Cuándo se iba a hacer entonces esa operación?

En tanto, hay que resaltar que los punteros y los referentes actuaron con la necesaria lealtad en los distintos distritos del conurbano.

Como lo dijeron varios analistas políticos, el triunfo oficialista tuvo características de homogeneidad en todo el territorio bonaerense.

Así las cosas, ningún aparato comunal quiso estar bajo la mínima sospecha de un "desvío" en el seguimiento al "proyecto nacional".  Nadie ha sacado los pies del plato, como señalan los peronistas.

Aún con las posibilidades de triunfar en una interna, ningún intendente de la Primera Sección Electoral (norte del conurbano) jugó para el duhaldismo ni para el jefe comunal de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, o, en su defecto, con su par de José C. Paz, Mario Ishi, quien sólo registró un tres por ciento de intención de voto.

El interior dio la otra gran sorpresa, al menos para aquellos partidos que pretendían recolectar a granel el voto del campo. También se rompió ese vaticinio que había hecho, por ejemplo, Mario Llambías, titular de CRA y candidato de la Coalición Cívicas. Llambías había manifestado que el campo votaría en contra porque "no olvida" lo ocurrido con la política de retenciones y la resolución 125.  El dirigente se equivocó con sus pronósticos y ahora tiene en duda su propia entrada al Congreso que hace unos meses muchos veían como segura.

Cabe señalar que cerca de 80 municipios pertenecen a una gran extensión rural, donde los propietarios y productores tienen cierta influencia sobre el resto de la población.

Según han señalado dirigentes kirchneristas locales de esos distritos, las zonas más urbanizadas aparentemente rompieron con la tradición que conducían históricamente los productores dominantes o dirigentes de instituciones ruralistas. También hubo un acompañamiento juvenil que contrarrestó todo tipo de influencia corporativa rural.

La situación así descripta explica un resultado muy abultado en cuanto a diferencia de Scioli por sobre De Narváez, como para adelantar que puede haber un cambio en apenas sesenta días.

El desafiante del gobernador aspira ahora a fortalecer ciertos núcleos de campaña como la seguridad, la defensa de la coparticipación y otras temáticas de gestión.  Quiere desmitificar que haya una intensa gestión de parte de Scioli.

También habrá algo de ingeniería electoral. Crecen los rumores que vinculan una renuncia de Eduardo Amadeo como candidato a gobernador de Eduardo Duhalde.  Ambos ratificaron su continuidad en la carrera.

Todo tiene que ver con ciertas expectativas que existen en el casi nueve por ciento de los votos del duhaldista.  Si se suman a los 17 de De Narváez habría una buena base para torcer la teoría del hecho consumado y dejar un final abierto.

Mientras tanto, Scioli sí apoya el hecho consumado y se apresta a producir cambios en su gabinete, como si ya hubiera ganado.

Su preocupación, dicen, ahora pasa por no quedar muy por debajo de Cristina y evitar que la lista colectora de Martín Sabbatella le reste voto real que, en buen romance, es imagen de poder real.

 

Fuente: Agencia NOVA

Comentarios