Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate.
Aunque el municipio no lo confirmó oficialmente, es un hecho que Rosana Núñez finalmente dejó su cargo de Secretaria de Salud y el Intendente Osvaldo Cáffaro dejó de tener a su segunda Secretaria más longeva en el puesto, detrás de Lilian Burroni que es quien más tiempo lleva en el mismo cargo del Departamento Ejecutivo.
Sin embargo, lo que debiera ser un sencillo anuncio que informe a la ciudadanía del recambio en la Secretaría de Salud suma mayor incertidumbre, y por variadas razones.
Simultáneamente con la salida de Núñez hubo una refrescada en la página web municipal, que sigue sin incluir la Secretaría fantasma que comanda Ariel Ríos, con anuencia de los veinte concejales, y se incluyeron más autoridades en el área de Salud.
Haciendo un rápido repaso son más las dudas que las certezas que aporta.
De los cuatro cargos de mayor jerarquía en la Secretaría, Núñez ya no forma parte del gobierno municipal y García tampoco es parte de la Secretaría, aunque sí del gobierno municipal puesto que como parte de la calesita de cargos a que nos tiene acostumbrados la Gestión Cáffaro, ahora es parte de la Secretaría de Gobierno. Además, ni el puesto de Schiavoni, ni el de Mattei (raro que la presenten como doctor. y no le hayan puesto doctora) ni el de García existen en el organigrama municipal aprobado.
Aquí hay mayores certezas, pero se incluye a Verónica Manassero como directora de un inexistente Hospital Intermedio Municipal de Lima, que se trata de un hospital nonato y, además, la Dra. Manassero renunció a su puesto.
Y a pie de la página web se ve el Organigrama de la Secretaría de Salud que compartimos:
Nada que ver con lo que se promociona. Todo muy turbio.
Entonces la duda es saber ¿Quién maneja la Salud en Zárate?
Queda más que claro que quien maneja el área no es el Intendente, quien solo se dedica a twittear y aparecer en alguna foto de algún acto protocolar.
Tampoco es Núñez, quien el pasado 31 de marzo se despidió de los pocos fieles que le quedaban en los grupos de WhatsApp con los que manejaba a su equipo.
¿Será Schiavoni, quien aceptó tener un cargo inexistente y bajo quien se vacunó en el Hospital Municipal a su cargo a la secretaria privada del intendente, Lilian Burroni, el empleado municipal, Rodrigo Girard, el chofer del Intendente Salvador de Bártoli, la esposa del chofer del intendente, Cristina Bustos, el empleado de Zoonosis municipal, Álvaro Battista Palacios, y la empleada del Juzgado de Faltas número 2, cuya titular es hija de la Secretaria Privada del intendente, Sonia Nores, todos inscriptos como trabajadores de la salud?
¿Será el Consejo Asesor de Salud, que se reúne muy poco y no resuelve ni acciona nada salvo fotografiarse para hacer ver como que hacen algo?
Dicen que la salud es la prioridad del gobierno municipal, sin embargo, los indicadores de Zárate, respecto a COVID-19, son muy malos. Concluida la semana epidemiológica 13, del año 2021, acumula 5679 casos positivos. En el 22,8 por ciento de las semanas epidemiológicas con casos, acumula el 31,4 por ciento del total de casos positivos, número que se incrementará en los próximos días por el retraso en la carga de los datos estadísticos. Esta última semana sumó 189 nuevos casos, lo cual expone la gravedad de la situación ya que para encontrar números de similar magnitud debemos retrotraernos a la semana epidemiológica 35 del año 2020, cuando Zárate tuvo el salto de ingreso al pico de 2020.
Zárate, habiendo testeado tan solo al 12,6 por ciento de su población acumuló casos positivos en el 4,4 por ciento de sus habitantes y apenas vacunó al 1,6 por ciento de su gente. La tasa de positividad es de 35,0 por ciento, la de recuperación del 74,9 por ciento y la de letalidad de 2,7 por ciento, todos números de tal gravedad que no se observaban desde agosto pasado, salvo el de vacunados, aunque era una realidad previsible, al menos desde principio de año.
Aunque no solo la Secretaría que comanda Ríos y el cargo de la mayoría de quienes son promocionados como autoridades de la Secretaría de Salud son fantasmas también los son del CEDA´s que tanto vanaglorió Cáffaro en su discurso ante el Concejo Deliberante. Aquel día el Intendente dijo, en referencia a los CEDA´s, que ‘todos los materiales y la inversión siguen estando a disposición en caso de ser necesario en una segunda ola, aunque deseo fervientemente que esto no suceda, pero si sucede ya estamos preparados.’, pero sin embargo hace ya varios meses que no se informa de casos sospechosos alojados en el CEDA Hotel ni de casos positivos internados en el ex Hogar de Ancianos, de hecho es público el caso del empleado municipal quien, sospechoso de ser positivo de COVID-19, fue enviado a que se aislara en su casa… ¿La consecuencia? Toda la familia, alguno también empleado municipal, contagiada.
Parafraseando a Violeta Parra…
¿Qué dirá Osvaldo Cáffaro, el intendente,
que se está contagiando, toda su gente…?
Zárate nunca tuvo tantos casos activos de COVID-19 en simultáneo como hoy, y el Intendente sigue jugando a las escondidas y solo aparece en público para ir a ver los partidos de Zárate Basket.
Es momento de terminar con el show y ponerse a gobernar en serio.
Deberían haberlo hecho mucho tiempo atrás y no lo hicieron.
No se puede esperar más.