Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate.
“El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”.
Ryszard Kapuscinski
A muchos sorprendió que cuando la Ministra de Salud de la Nación Carla Vizzotti anunció el pasado domingo que, teniendo en cuenta indicadores que sirven para medir la incidencia de casos de coronavirus como para marcar el nivel de riesgo epidemiológico, “hay 45 departamentos de 13 provincias que se encuentran en mayor riesgo al haber superado los dos indicadores” y que entre ellos se incluyera a Campana y no a Zárate.
Rápidamente muchos medios salieron a marcar la diferencia entre Zárate y Campana quedándose solo en el anuncio conceptual sin indagar el porqué de esa realidad. La diferencia es que en Zárate la segunda ola ya estaba instalada mientras que Campana tuvo un crecimiento acelerado en los últimos días. El problema es que en lugar de prender la luz y mostrar la realidad hay quienes pretenden ocultar y mantener la luz apagada, o peor aún, salir corriendo a esconderse cuando la luz se enciende.
Veamos la información oficial, para poder comprobar lo que decimos
Los indicadores de los que hablaba Vizzotti son los definidos en el artículo 4 del DNU 167/2021, que refieren que cuando el cociente (resultado de dividir) entre el número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días y el número de casos confirmados acumulados en los 14 días previos, sea superior a 1,20, y cuando el número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por 100 mil habitantes, sea superior a 150, las autoridades provinciales quedarán habilitadas para tomar medidas restrictivas por la noche. Mientras Campana superaba en ambos el límite, Zárate solo lo hacía en el segundo, porque la realidad es que tiene muchos casos de COVID-19 desde hace mucho tiempo.
No es que Zárate esté mejor que Campana, la realidad es que Zárate está mal desde hace más tiempo que Campana.
En los últimos 15 días, según la información disponible en la Sala de Situación de Monitoreo de la Evolución del COVID-19 en Provincia de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Salud (https://portal-coronavirus.gba.gob.ar/sala-de-situacion), en Campana hubo 404 casos nuevos, mientras que en Zárate el incremento fue de 320, pero en términos relativos, porcentuales, en Zárate el total de enfermos creció un 6,2% mientras en Campana se incrementó en un 5,8%. La realidad es que en Zárate la situación es más compleja que en Campana. Campana lo que tiene es un crecimiento repentino, Zárate arrastra un crecimiento sostenido.
En Zárate fue mayor el crecimiento del porcentual de la población infectada en este período, también fue mayor el crecimiento de fallecidos por COVID y menor la disminución de la tasa de letalidad, que mide la cantidad de fallecidos sobre el total de enfermos.
Además, fue menor el incremento en la tasa de recuperación y mayor el total de casos activos.
No, Zárate no está mejor que Campana, de hecho, está bastante peor, la cuestión es que en la foto que se saca en un momento determinado, fue más fotogénico.
Por si fuera poco, Zárate, que supo estar al frente de la vacunación respecto a Campana, que comenzó más tarde con la inoculación, tiene un porcentual menor de vecinos vacunados con la primera dosis que su vecino… y con la segunda dosis también.
En los últimos 15 días Zárate solo fue mejor que Campana, en lo que a COVID-19 se refiere, en lo relativo a testeos. Mientras en Zárate crecieron un 8,3 por ciento, en Campana lo hicieron apenas un 6,6 por ciento, lo cual comprueba nuestra hipótesis que si en Zárate se testeaba más aparecerían más casos. Sin embargo, Zárate solo testeó al 12 por ciento de su población mientras nuestros vecinos de Campana lo hizo con el 15 de sus habitantes.
Ante esta realidad, silencio oficial. Ni las autoridades de Salud, cuyo interinato culmina hoy, ni el Intendente municipal Osvaldo Cáffaro, ni el supervecino Ariel Ríos dan la cara ante la ciudadanía. Para colmo, Zárate Basket tiene receso hasta el 9 de abril, con lo cual el Intendente seguirá sin “mostrarse”.
Pero Zárate deberá cambiar porque la situación no es buena. El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires lo incluyó dentro de los 110 distritos de la Provincia en los que rigen nuevas reglas. “Se suspenden todas las actividades en el horario de entre 2 y 6 de la mañana. Quedan exceptuadas las actividades de carácter productivo y servicios esenciales y se limitan hasta 10 personas las reuniones sociales, familiares y recreativas”, producto del aumento “explosivo” (Carlos Bianco), aumento que curiosamente en Zárate no se constata en la información oficial. ¿Están ocultando casos como el año pasado?
Eso sí, después de 55 días (sí, estuvieron casi 2 meses sin reunirse) volvió a juntarse el Consejo Asesor de Salud, del que participaron, entre otros, el Secretario de Desarrollo Territorial e Infraestructura, Ariel Ríos (a propósito, ¿Seguimos sumando cargos inexistentes o el Concejo Deliberante ya aprobó el nuevo Organigrama? ¿Lo ingresarán hoy sobre tablas y mientras tanto se usurpación de títulos y honores?) y el delegado de Lima, José María Orlando (¿Ya lo degradaron? ¿Ya no es más Secretario? ¿Y el anuncio del Intendente Cáffaro de elevar a Secretaría la Delegación de Lima? ¿Era un bluff?) donde la conclusión del encuentro fue instar “a la ciudadanía a profundizar cada uno de los cuidados individuales”. Parece un chiste, pero es cierto. Para eso se juntaron. Para eso y para mentir. Porque son tan inútiles que ni siquiera pueden hacer bien las cuentas y comunicarlas. Se anuncia en la gacetilla oficial que “se refirieron al importante avance del proceso de la campaña de vacunación que continúa realizándose en nuestra ciudad, y que en la actualidad ha alcanzado a más de 10 mil vecinas y vecinas del partido, (8.294 con la primera dosis aplicada y 2.027 vecinos que completaron esquema)”. Ahora bien, si se aplica la segunda dosis a quienes ya han recibido la primera, ¿Cómo van a decir que el plan de vacunación alcanzó a 'más de 10 mil vecinas y vecinas'? En realidad, alcanzó, según la cifra municipal, a 8.294 vecinos y vecinas, o según la información oficial a 8.172 vecinos y vecinas, en ambos géneros y sin el plus que suele agregarles el Municipio a los números.
Decía Perón que la única verdad es la realidad, pero el intendente, que, aunque no sea del palo justicialista se reconoce como peronista y como tal apoya a Máximo Kirchner como presidente del Partido, parece no haberlo aprendido. Sigue confiando en quienes mantienen la luz apagada o los que corren cuando la luz se enciende.