Nuestro
segundo día en IlhaBela fue muy divertido.
Nos
levantamos temprano para tomar el ómnibus a Praia Armaçāo, una de las últimas
playas al norte de la isla, donde se iba a llevar a cabo la bienvenida a dos
viajeros que estuvieron navegando 39 días desde África a IlhaBela.
Hicimos
autostop para ahorra dinero, ya que nos teníamos que tomar 2 buses para llegar
a la playa, y tuvimos mucha suerte ya que nos frenó un señor que iba para ese
lado. Nos contó que navegaba y competía con sus barcos, que se estaba
construyendo 2 posadas en la isla, y como pegamos buena onda nos llevó hasta
nuestro destino, si bien él tenía que quedarse algunos kilómetros antes.
En
el camino pudimos notar que la zona norte de la isla es de personas adineradas.
Casas enormes, muchos yates, veleros, barcos, mansiones en el morro con
ascensor para llegar a la puerta y cosas así. Ya en la playa confirmamos que en
el evento estaba la creme de
IlhaBela: el intendente, empresarios que habían auspiciado la travesía, el
capitán de los puertos de Sāo Sebatiāo, fotógrafos, canales de televisión,
mucha gente linda y también nosotras que estábamos de curiosas.
Travesía
do Atlántico: La llegada fue muy emotiva, recibidos por sus familias, amigos y
personas que habían seguido su viaje estaban ahí para recibirlos. Subieron su
casa-barco donde pasaron más de un mes atravesando el atlántico, a la arena y
agradecieron a todos los que allí estábamos y a todos los que habían ayudado
para que ese sueño fuera posible. Salvando las distancias, nos sentimos un
poquito identificadas con lo sucedido.
A
la vuelta, como buenas mochileras ahorrativas, hicimos dedo aprovechando la
multitud que se estaba yendo, fue así como subimos al auto de un empresario de
Sāo Paulo quien con su empresa le había hecho las velas a los viajeros con lo
que pudimos saber un poquito más del detrás de escena de lo que había sucedido;
nos dejó en una playa y siguió su camino.
He
descubierto que ser mujer mochilera es MUY bueno dentro de la isla ya que
enseguida nos frenó otro auto, en este caso el capitán de los puertos de Sāo
Sebatiāo, vestido con su uniforme blanco impecable (entraría de chivo el spot
de una marca de jabón en polvo jaja) y charla va charla viene nos dio su
tarjeta por si volvíamos a la querida isla y necesitábamos ayuda. Muito
Brigada.
Las
playas del norte realmente no las recomiendo, si para conocer obvio, siempre
hay que conocer lo que más se pueda, pero el agua está bastante contaminada por
que los barcos particulares están atracados muy (demasiado) cerca de la costa
entonces el agua tiene aceite, olor extraño y es muy sucia. Las playas del sur
en cambio son un paraíso: tranquilas y limpias.
Tuvimos
un domingo extremadamente familiar, algo que extrañamos bastante, Tereza hizo
ensaladas de todo tipo, arroz, verduras y sus famosos pates. Los chicos, asado.
Terminando nuestro día con un atardecer visto desde el morro. PERFECTO.
Intente
enseñar a los brasileros a tomar mate, pero no hubo caso, ¡si yo les contara
las cosas que le hicieron a mi querido mate! desde revolverlo con la bombilla
hasta querer ponerle hebras de te jaja además no les gusta eso de compartir la
bombilla lo encuentran “muito ruin”, terminaron por pedirme que les ponga yerba
en una taza, mucha agua, té y lo tomaron con una bombilla… muy extraño.
Esa
noche llego Fran, nuestro couch, no pudimos compartir más que una charla porque
se sentía muy engripado, sin embargo al otro día nos enteramos que tenía dengue.
No sé si será diferente el dengue en Brasil porque se lo tomaron muy
tranquilos. Nosotras muy preocupadas.
El
lunes fue nuestro último día en IlhaBela, si bien nos pedían que nos quedemos
teníamos que seguir nuestra ruta. Otra ciudad nos espera con más gente linda
que conocer.
Próximo
destino: Caraguatatuba.
Algunos
datos de interés:
• NO se pueden perder de visitar BONETE.
Está en la parte este de la isla, se puede llegar haciendo una caminata de 12
km aproximadamente o navegando en canoas o barcos de paseo que cuesta unos 50
reales. Esta playa es una de la preferida de los surfistas ya que al contrario
de la parte oeste, no hay continente que detenga la fuerza del mar. En el
camino hay varias cascadas donde bañarse y descansar de la caminata. Es recomendable
que se queden a dormir allí, acampando en la playa o en alguna posada, ya que
es para disfrutar todo el día y acá anochece muy temprano.
• Castelhanos. Otra playa que me dijeron
que es espectacular. Aquí es más difícil el acceso ya que solo se puede llegar
en camionetas 4x4, particular o comprando la excursión. Son 22 km desde el
centro de la ciudad. En la Bahia dos Castelhanos viven seis comunidades de
aborígenes, Caiçaras.
• En Vila, centro histórico de la isla,
se puede conocer la cultura caiçara (nativos del lugar) a través de iglesias,
museos, locales de artesanía y la gastronomía. Además hay varias fiestas
tradicionales a lo largo del año como la Semana de la Cultura Caiçara, Dança da
Congada, Sāo Pedro Pescador y algunas otras.
(*) silva.natalia@live.com.ar