Bitácora de una mochilera – cuarta entrada

Mais bela que ilha (segunda parte)

Por Naty Silva (*), especial para ArecoCiudad.
Por Naty Silva (*), especial para ArecoCiudad.

Nuestro segundo día en IlhaBela fue muy divertido.

Nos levantamos temprano para tomar el ómnibus a Praia Armaçāo, una de las últimas playas al norte de la isla, donde se iba a llevar a cabo la bienvenida a dos viajeros que estuvieron navegando 39 días desde África a IlhaBela.

Hicimos autostop para ahorra dinero, ya que nos teníamos que tomar 2 buses para llegar a la playa, y tuvimos mucha suerte ya que nos frenó un señor que iba para ese lado. Nos contó que navegaba y competía con sus barcos, que se estaba construyendo 2 posadas en la isla, y como pegamos buena onda nos llevó hasta nuestro destino, si bien él tenía que quedarse algunos kilómetros antes.

En el camino pudimos notar que la zona norte de la isla es de personas adineradas. Casas enormes, muchos yates, veleros, barcos, mansiones en el morro con ascensor para llegar a la puerta y cosas así. Ya en la playa confirmamos que en el evento estaba la creme de IlhaBela: el intendente, empresarios que habían auspiciado la travesía, el capitán de los puertos de Sāo Sebatiāo, fotógrafos, canales de televisión, mucha gente linda y también nosotras que estábamos de curiosas.

Travesía do Atlántico: La llegada fue muy emotiva, recibidos por sus familias, amigos y personas que habían seguido su viaje estaban ahí para recibirlos. Subieron su casa-barco donde pasaron más de un mes atravesando el atlántico, a la arena y agradecieron a todos los que allí estábamos y a todos los que habían ayudado para que ese sueño fuera posible. Salvando las distancias, nos sentimos un poquito identificadas con lo sucedido.

A la vuelta, como buenas mochileras ahorrativas, hicimos dedo aprovechando la multitud que se estaba yendo, fue así como subimos al auto de un empresario de Sāo Paulo quien con su empresa le había hecho las velas a los viajeros con lo que pudimos saber un poquito más del detrás de escena de lo que había sucedido; nos dejó en una playa y siguió su camino.

He descubierto que ser mujer mochilera es MUY bueno dentro de la isla ya que enseguida nos frenó otro auto, en este caso el capitán de los puertos de Sāo Sebatiāo, vestido con su uniforme blanco impecable (entraría de chivo el spot de una marca de jabón en polvo jaja) y charla va charla viene nos dio su tarjeta por si volvíamos a la querida isla y necesitábamos ayuda. Muito Brigada.

Las playas del norte realmente no las recomiendo, si para conocer obvio, siempre hay que conocer lo que más se pueda, pero el agua está bastante contaminada por que los barcos particulares están atracados muy (demasiado) cerca de la costa entonces el agua tiene aceite, olor extraño y es muy sucia. Las playas del sur en cambio son un paraíso: tranquilas y limpias.

Tuvimos un domingo extremadamente familiar, algo que extrañamos bastante, Tereza hizo ensaladas de todo tipo, arroz, verduras y sus famosos pates. Los chicos, asado. Terminando nuestro día con un atardecer visto desde el morro. PERFECTO.

Intente enseñar a los brasileros a tomar mate, pero no hubo caso, ¡si yo les contara las cosas que le hicieron a mi querido mate! desde revolverlo con la bombilla hasta querer ponerle hebras de te jaja además no les gusta eso de compartir la bombilla lo encuentran “muito ruin”, terminaron por pedirme que les ponga yerba en una taza, mucha agua, té y lo tomaron con una bombilla… muy extraño.

Esa noche llego Fran, nuestro couch, no pudimos compartir más que una charla porque se sentía muy engripado, sin embargo al otro día nos enteramos que tenía dengue. No sé si será diferente el dengue en Brasil porque se lo tomaron muy tranquilos. Nosotras  muy preocupadas.

El lunes fue nuestro último día en IlhaBela, si bien nos pedían que nos quedemos teníamos que seguir nuestra ruta. Otra ciudad nos espera con más gente linda que conocer.

Próximo destino: Caraguatatuba.

Algunos datos de interés:

          NO se pueden perder de visitar BONETE. Está en la parte este de la isla, se puede llegar haciendo una caminata de 12 km aproximadamente o navegando en canoas o barcos de paseo que cuesta unos 50 reales. Esta playa es una de la preferida de los surfistas ya que al contrario de la parte oeste, no hay continente que detenga la fuerza del mar. En el camino hay varias cascadas donde bañarse y descansar de la caminata. Es recomendable que se queden a dormir allí, acampando en la playa o en alguna posada, ya que es para disfrutar todo el día y acá anochece muy temprano.

          Castelhanos. Otra playa que me dijeron que es espectacular. Aquí es más difícil el acceso ya que solo se puede llegar en camionetas 4x4, particular o comprando la excursión. Son 22 km desde el centro de la ciudad. En la Bahia dos Castelhanos viven seis comunidades de aborígenes, Caiçaras.

          En Vila, centro histórico de la isla, se puede conocer la cultura caiçara (nativos del lugar) a través de iglesias, museos, locales de artesanía y la gastronomía. Además hay varias fiestas tradicionales a lo largo del año como la Semana de la Cultura Caiçara, Dança da Congada, Sāo Pedro Pescador y algunas otras.

 

(*) silva.natalia@live.com.ar

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