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Scioli en Mar Del Plata, en el espectáculo de Karina, “la princesita” de la cumbia
Scioli en Mar Del Plata, en el espectáculo de Karina, “la princesita” de la cumbia

MAR DEL PLATA, Enero 19.-(Por Marisa Alvarez) La Provincia funciona a media máquina, salvo en los lugares de veraneo aunque tampoco allí necesitan utilizar, lamentablemente, toda la potencia de los motores, en medio de una temporada que ya no será lo que se esperaba.

Con el Gobernador con parte de la atención puesta en, precisamente, el desarrollo de la temporada en la Costa -y sus típicas postales junto a artistas en recitales y teatros-, ministros e intendentes de vacaciones o haciéndose escapadas a los balnearios donde los esperan sus familias, y los legisladores con el Palacio directamente con candado puesto, la actividad oficial transcurre con el tradicional ritmo menguado de los eneros.

Sin embargo, en ese clima de distensiones, reapareció con fuerza “el” problema de la Provincia que viene marcando su funcionamiento esencial y signará también este año, tan luego un año electoral y con el oficialismo surcado por pujas de finales imprevisibles: la guerra por los recursos, reabierta con una fuerza inusitada en sus dos frentes de batalla: el del gobierno provincial con la Nación y el de los municipios con el gobierno provincial.

No resulta causal que en medio de las vacaciones de enero la administración Scioli haya salido a plantear que dará la pelea por una reforma del sistema de coparticipación de los impuestos nacionales a las provincias y del Fondo del Conurbano, desde la histórica discriminación que sufre el Estado bonaerense en ese reparto.

Números que lo dicen todo

Estos días son también la antesala de las negociaciones salariales con los docentes y el resto de los estatales para definir aumentos que -con o sin acuerdos- se tendrán que estar pagando con los sueldos de marzo, a principios de abril.

Y en una economía y finanzas tan complejas como las bonaerenses, algunos pocos números resultan elocuentes. La Administración paga actualmente sueldos por unos 5.000 millones de pesos. Un aumento del orden del 20% implicaría unos mil millones mensuales más: al año, unos 18 mil millones con el aguinaldo. Esto, en un Presupuesto que prevé que, para atender un funcionamiento apenas esencial del aparato público y un plan de obras reducidas a la mínima expresión, requerirá que el gobierno provincial tome financiamiento -nueva deuda- por unos 20 mil millones de pesos... sin contar los 18 mil millones que requerirá la mejora salarial.

Para decirlo de otra manera, aún cuando algunas variables -crecimiento de la economía, inflación, recaudación- alcancen índices distintos a los utilizados en el Presupuesto y la necesidad de financiamiento pueda resultar algo inferior a la prevista, todo indica que la Administración Scioli no sólo no podrá contar con recursos propios para atender un funcionamiento “normal” del Estado, sino que tampoco lograría acceder a semejante nivel de financiamiento en “los mercados”. Y por lo tanto, un cambio en la estructura de los ingresos de la Provincia que provienen de la recaudación nacional -en el gabinete de Scioli consideran “agotada” la posibilidad de seguir aumentando la presión sobre los contribuyentes de los tributos bonaerenses- se empieza a tornar dramáticamente imprescindible. Ese cambio... o un sustancial auxilio financiero dispuesto por la Casa Rosada.

Estrategia para un objetivo complejo y arduo

Así, la decisión de la Gobernación de salir a instalar con fuerza el reclamo por una mayor participación de la Provincia en la distribución de los ingresos federales forma parte de una estrategia que apunta a dar desde el arranque del año una pelea que será sumamente compleja -en la medida que de la puja por los mismos fondos participan también todas las provincias- y a la que, en rigor, sólo se le vislumbra alguna chance de éxito por el lado de una reforma de la distribución del Fondo del Conurbano. Es que esa medida requeriría sólo la modificación de un artículo de una ley, que podría ser sancionada con la mayoría del oficialismo en el Congreso, si la Casa Rosada diera señales políticas en ese sentido.

La pregunta del millón

Pero la estrategia de profundizar este reclamo tiene que ver con ir instalando también las urgencias financieras de la Provincia. Y la pregunta del millón es si alcanzará que la Provincia obtenga una mayor participación en la distribución de los recursos federales para superar necesidades que aparecen como críticas para “pasar” el año. Algunos analistas, por caso, entienden que sólo un auxilio del gobierno nacional podría completar un cuadro de financiamientos que evitara un estallido de las cuentas bonaerenses.

El otro frente de batalla

Pero se abrió también en estos días otro frente de batalla en la guerra por los recursos, la de los municipios con la administración provincial.

Mientras el gabinete de Scioli muestra reiteradamente números que señalan que en lo que va de esta gestión se ha aumentado el porcentaje de fondos que se giran a las comunas, los intendentes sostienen que sus ingresos crecieron proporcionalmente bastante menos que la recaudación de los tributos provinciales. Y la corrección anual de los índices de ese reparto ha vuelto a fastidiar a los jefes comunales de más de 70 distritos, a los que se les bajó el porcentaje de participación.

Lo cierto es que en un contexto signado por graves déficit crónicos en las finanzas de la mayoría de los municipios, los intendentes han reabierto sus reclamos por un mayor flujo de fondos provinciales, y con una vehemencia que parece ir en aumento.

Arrancó, en suma, un año electoral en el que las batallas políticas en el marco de las campañas pueden resultar meros fuegos artificiales al lado de las que se librarán por los recursos.(Fuente: EL DIA)

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