Por Mariana Massa, corresponsal de NOVA en la Casa de Gobierno.
En una nueva muestra de que la relación dista de ser buena, la presidenta Cristina Kirchner volvió a la Plata este martes tras la inundación del 2 de abril pasado e ignoró al gobernador Daniel Scioli. La mandataria nacional recorrió un centro de ayuda a los damnificados por la inundación, acompañada por algunos de sus funcionarios y apoyada en un número reducido de militantes de La Cámpora –no quisieron hacer un gran acto-. Antes de partir y ante la presencia del mandamás bonaerense, dijo unas palabras y tiró palos para la administración provincial.
En el Regimiento 7 de Arana, Cristina lanzó: “Tengo muchas ideas que me rondan en la cabeza a partir de las cosas que han pasado en el país, de cómo tenemos y podemos organizarnos de modo tal que podamos dar respuesta rápida e inmediata. Esto obviamente no quita responsabilidad de quienes gobiernan las jurisdicciones porque la emergencia viene cuando tenemos que venir a hacernos cargo desde afuera”.
De esta manera, tanto Scioli como el intendente de La Plata, Pablo Bruera –a este último Cristina no lo saludó en público- tuvieron que agachar la cabeza ante el pase de factura de la jefa de Estado.
El ninguneo y la estrategia kirchnerista no quedó allí sino que prosiguió en las repercusiones periodísticas. Tras la visita, la Agencia Télam publicó: “En el lugar estuvieron el vicegobernador Gabriel Mariotto; el diputado nacional y secretario General de La Cámpora, Andrés Larroque; el diputado nacional Horacio Pietragalla; el nieto restituido Pedro Sandoval y militantes del espacio Unidos y Organizados”.
“También acompañaron a la jefa de Estado la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; la ministra de Industria, Débora Giorgi; y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, entre otros”, agregaba el cable. Entre esos otros, estaba nada más ni nada menos que el mandatario provincial.
El perfil de Scioli volvió a ser bajo, tras la recorrida por el Regimiento 7 de Arana no realizó declaraciones periodísticas y se lo notó incómodo ante la indiferencia de la Presidenta.
La semana entrante se cumple un mes de la inundación en La Plata y desde hace ya tres semanas el ex motonauta no realiza declaraciones al respecto. Lejos quedaron los llamados constantes a conferencia de prensa –que llegaron a ser tres por día- en los días posteriores al 2 de abril pasado.
Asimismo, Scioli tampoco presta testimonio frente a las inminentes elecciones legislativas. El hermetismo y el silencio son los grandes protagonistas de los últimos días, aunque el gobernador se encargó de dejar en claro su postura frente a la protesta del 18A que logró enojar al kirchnerismo.
Tras la manifestación, el mandatario llamó a "trabajar para resolver los reclamos de una ciudadanía cada vez más exigente”. Además, reclamó "trabajar intensamente" para solucionar las demandas "de sectores que pueden expresar sus críticas".
La respuesta del kirchnerismo llegó de la mano del diputado nacional Carlos Kunkel, quien lanzó: “El gobernador tiene que ubicarse en su Provincia” y continuó con chicanas e ironías: “Los intendentes también tienen que ocuparse de sus cosas, pero para eso necesitan que la Provincia les mande el dinero que está pautado, y que aún no ha enviado. No creo que haya dicho eso Scioli. Me parece que cuando hablaba de atender los reclamos se referiría a los reclamos de los intendentes de la Provincia por el atraso en la remisión de la coparticipación, o los directores de los hospitales cuando atrasan los fondos para los servicios de salud”.
Con este panorama, quedó claro que la relación entre el kirchnerismo y el gobernador lejos de ser óptima, vuelve a estar tirante. Tampoco lo es el lazo entre el cristinismo y el intendente de Tigre, Sergio Massa. Tal como viene adelantando NOVA en exclusiva, el tigrense anunciará su ruptura con el FpV para estas Legislativas y lanzará su candidatura como primer diputado nacional con una lista que irá dentro del peronismo pero por fuera del kirchnerismo.
Repudio a las amenazas de Arlía
El ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía, amenazó a un periodista de NOVA, que también presta funciones en otros medios periodísticos. La intolerancia y la reacción violenta fuera de foco ante las preguntas de los trabajadores de prensa, que sólo cumplen con su profesión, es totalmente repudiable, desde el lado que se lo mire. Más aún cuando desde el sector periodístico no se actúa con violencia, sino con la tranquilidad de estar cumpliendo el rol de comunicador social.
En este caso, el agredido fue Damián Belastegui, quien el último martes al mediodía, luego la inauguración de un edificio destinado al Jardín 904 del barrio Las Mandarinas de Brandsen, se acercó a hablar con Arlía sobre lo ocurrido durante el grave temporal que causó un desastre en la ciudad de La Plata. Al ser consultado sobre la inundación, el funcionario se mostró nervioso. “Veo que le molesta esta situación”, dijo el periodista, y el ministro le respondió: “Vos me molestás. Cortá y hablamos”.
Según relató Belastegui, “el ministro y cuatro o cinco personas más que respondían a sus órdenes, me llevaron (uno de ellos tomando mi brazo izquierdo) hacía una de las aulas del Jardín, ante la mirada de algunas personas que estaban en el hall. Una vez cerrada la puerta del aula, fui rodeado por estos individuos mientras Arlía, totalmente fuera de sí, comenzó a proferirme insultos y vociferarme amenazante”.
Me venís a provocar. Sos un provocador de mierda y te voy a romper la cara, no me vengas a provocar”, le dijo Arlía desencajado al periodista. “Andá a hacer la denuncia si querés, cagón”, continuó el funcionario, quien detalló en un tono coloquial: “Te lo digo así clarito: a mí no me rompas las pelotas”.
Arlía invitó a pelear al periodista y le dijo que le daba "un lugar donde nos encontramos y lo resolvemos, si querés”, y prosiguió: “No te hagas el guapo de cartón con un micrófono”, coronando la patética escena de manera aún más soez: “¿Sos periodista? Sos una mierda, eso sos. Tomátela”.
Desde el usuario @AARLIA de la red social Twitter, el ministro escribió: “Estuve muy mal. Pido disculpas públicamente. (tema Damián Belastegui) cc @periodistaslp” (sic).
Más allá de las disculpas resulta inconcebible que un funcionario actúe de esa manera ante consultas periodísticas que tienen que ver únicamente con su rol como funcionario y que apuntan a sus responsabilidades como ministro de Infraestructura. Arlía no está preparado para responder preguntas, dando testimonios y explicaciones ante la sociedad. Pretende resolver su violencia inusitada pidiendo perdón cuando eso no alcanza. Debe comprender que es un funcionario público que no puede actuar impunemente y amenazar a un trabajador de prensa.
Fuente: Agencia NOVA