Se conoce con el nombre de "nepotismo" a los tratos preferenciales que algunos funcionarios públicos hacen a miembros de su familia, designándolos en distintas áreas del gobierno, sin importar méritos, antecedentes académicos o experiencias vividas.
Esta práctica, tan común en algunos estamentos del Estado ha sido denunciada durante muchos años por sectores de la oposición y algunos casos han sido escandalosos, como el de la designación de Delfina Rossi, hija del entonces Ministro de Defensa, en el Banco Nación.
Sin embargo, en otro niveles del Estado, como los municipios, la situación suele pasarse por alto y llegar a niveles insólitos, como ocurre en San Antonio de Areco, donde el intendente municipal Francisco "Paco" Durañona designó a su esposa al frente del área de Protocolo y Ceremonial, y a su ex esposa en Cultura, sólo como punta de un ovillo que incluye a la mayoría de los funcionarios locales.
Así, por ejemplo, el secretario de Ingresos Públicos, Ariel Roulet, tiene a su esposa trabajando en la Dirección de Recupero, mientras que el director del Cementerio, Darío Parodi, tiene también a su mujer como administrativa de ese sector.
El Secretario de Planificación, Luis Lupini, tiene a su hijo trabajando en el municipio, al igual que Marta Barrera, secretaria de Educación, que tiene a su hija como administrativa trabajando para ella.
La situación también llega a las delegaciones municipales: el delegado de Duggan, Luis Russel, nombró a su pareja como administrativa para que trabaje con él.
Otras veces, la relación laboral es lejana pero igualmente sospechosa, como la que protagoniza el concejal Nicolás Marinkovic, cuya esposa es directora de la Escuela Municipal Manuel Belgrano.
Pero todos los premios se los lleva la familia Lobos, que aportó varios funcionarios y sus familiares a la gestión. Santiago Lobos es secretario de Deportes y Martín Lobos, secretario de Gobierno (su esposa trabaja en el área de jubilaciones del municipio).
En la Secretaria de Seguridad está Francisco Lobos y su mujer trabaja en Promoción Social, en tanto que Violeta y Julieta Lobos cumplen funciones en el hospital municipal E. Zerboni.
El cuadro lo completa el padre de todos los mencionados, Roberto Lobos, que es el propietario del inmueble que el municipio alquila para el Juzgado de faltas y cuya esposa, Nélida Tambutti, también trabaja en el nosocomio local.
Con este escenario, es muy difícil encontrar un distrito en el que se violente tanto el ingreso al empleo público para "acomodar" a familiares, como ocurre en San Antonio de Areco.