LA
PLATA, Abril 08 (www.ArecoCiudad.com.ar)
El diputado provincial de la UCR, Gustavo
Vignali, elevó un proyecto
viendo con agrado que el Banco Central de la República Argentina, efectúe la
emisión de billetes de quinientos pesos, cuyo anverso ilustre la figura del doctor
Arturo Umberto Illia y que su
reverso haga referencia a la honestidad y austeridad que caracterizó tanto a su
persona como a su mandato presidencial, en vísperas de cumplirse el primer
cincuentenario de su lamentable derrocamiento, acaecido el 28 de junio de 1966.
Vignali
argumentó que aquel golpe de Estado “fue uno de los actos más perjudiciales
para la continuidad institucional y el auténtico desarrollo socioeconómico de
la Argentina, cuyo único fin, fue derribar a las autoridades democráticamente
elegidas”.
“Arturo
Umberto Illia nació en Pergamino, el 4 de agosto de 1900, en el seno de una
familia italiana, realizó sus estudios secundarios en una institución salesiana
y se graduó como doctor en Medicina en la Universidad de Buenos Aires, con
calificación sobresaliente, en plena vigencia de la Reforma de 1918, siendo un
activo dirigente estudiantil”, reseñó en el proyecto.
Y
continuó: “En 1929 se radicó en la ciudad de Cruz del Eje, tras ser designado
por el entonces Presidente Hipólito Irigoyen, como médico de los Ferrocarriles
del Estado. Trabajo que perdió en 1930 por obvias razones políticas”.
“Habiéndose
afiliado a la Unión Cívica Radical, en 1936 fue electo senador provincial,
cargo desde el cual trabajó duramente por la aprobación de leyes que mejoraran
la situación del agro, posibilitando algunas de ellas comenzar un proceso de Reforma
Agraria”, prosiguió en el texto parlamentario.
En
tanto, mencionó que “en 1940 es electo vicegobernador de Córdoba, pero el golpe
del 4 de junio de 1943, que derrocó a las autoridades nacionales, produjo
también su cese. Posteriormente fue diputado nacional en el período 1948-1952 y
en marzo de 1962, ganó las elecciones a gobernador de la provincia, pero no
pudo asumir el cargo por las presiones militares que obligaron al presidente Arturo Frondizi a anular las
elecciones, en el marco de un proceso que concluyó con su derrocamiento”.
“En
1963 Illia llega a la primera magistratura, al imponerse la fórmula de la UCR
del Pueblo, que compartía con el entrerriano Carlos Perette, obteniendo más del 34 % del total de los votos
afirmativos válidos emitidos - que representaba el 25 por ciento del total del
padrón electoral - por sobre el 19 % de votos en blanco-muy probablemente
seguidores del peronismo que aún se encontraba proscripto- y el 16. 4 % de la
UCRI de Oscar Alende”, abundó.
Asimismo,
puso de relieve que “su gobierno aplicó una política internacional
independiente y de solidaridad con los pueblos más frágiles del mundo. Se opuso
a la intervención armada de Estados Unidos en la República Dominicana. Obtuvo
una resolución favorable en la ONU, que obligaba a Gran Bretaña a la discusión
sobre la soberanía en las Islas Malvinas”.
“No
aceptó negociación ni tuvo relación alguna con el Fondo Monetario
Internacional, lo que no imposibilitó, fruto de su política gradualista en
materia monetaria, la virtual eliminación de la deuda externa argentina La
inflación estuvo prolijamente controlada sin ajustes recesivos, y superó el
promedio del 6 % anual. Hubo plena ocupación, con índices que no pasaron nunca
del 4 %. El PBI creció a un ritmo de más del seis por ciento promedio”,
enfatizó Vignali.
También
dio cuenta que Illia “aplicó el salario mínimo vital y móvil, y reguló los
precios del consumo popular, ordenando el Comercio Interior con la Ley de
Abastecimiento que se dictó durante su gobierno. Con esa política de precios y
salarios se obtuvo un notorio incremento de la participación real de los
trabajadores en la distribución del Ingreso Nacional. Aplicó una reforma del
Hospital Público y dictó la ley de Medicamentos, que al propio tiempo que
promovía la industria de los laboratorios nacionales, disminuyó drásticamente
el costo de los remedios medicinales, considerados un bien social”.
“Decretó
la nulidad absoluta de los contratos de concesión de explotación y
comercialización del petróleo por vicios de legalidad y por ser dañosos a los
derechos e intereses de los argentinos”, agregó, para luego subrayar que “llevó
adelante un exitoso plan de alfabetización, la defensa y promoción de la
Educación Popular, y elevó a casi el 25 % ciento el presupuesto educativo, el
mayor porcentaje que se registra en toda la historia constitucional Argentina.
Fortaleció la autonomía universitaria, y jerarquizó los estudios superiores
hasta niveles nunca superados después”.
“En
las elecciones de renovación del Congreso de 1965, el Gobierno de Illia había
ya levantado gradualmente las proscripciones que pesaban sobre el peronismo, y
conforme a la promesa electoral, esas restricciones caducarían totalmente para
los comicios provinciales”, indicó.
Finalmente,
aseveró que “la asonada del 28 de junio de 1966, que lo derrocó, contó con el
apoyo inescrupuloso de la derecha golpista, sectores oscurantistas del clero, y
los grupos económicos vinculados a los intereses extranjeros, entre ellos, los
laboratorios farmacéuticos y las empresas petroleras norteamericanas”.
“El
argumento, tan común en los opositores de la época, de la falta de legitimidad
de su gobierno, con datos poco conocidos y muchas veces tergiversados, ha
quedado prácticamente desmentido por la verdad histórica. Illia no fue, ni por
lejos, el político débil, ingenuo, indeciso que la propaganda golpista de
entonces hizo creer a gran parte de la sociedad. El proyecto de país de Illia
no coincidía con el proyecto que el liberalismo pergeñaba en los cabildeos
militares”, resaltó.
“Hoy
Illia ocupa un merecido y destacado lugar en la historia Argentina, por su
austeridad, por haber vivido y muerto en la pobreza, como un claro ejemplo de
honestidad, como así también, por las acciones de gobierno en el ejercicio de
la presidencia”, dijo.
Y remató:
“el homenaje que propongo es un incentivo para que las generaciones presentes y
las venideras, repasen o conozcan su acción de gobierno y puedan apreciar con
sus muchos ejemplos, cómo se puede ser consecuente con los principios y
aplicarlos en el ejercicio real del poder”. (www.ArecoCiudad.com.ar)