Entrevista

Santalla: “Sin una buena performance en la Provincia, el radicalismo no tiene proyecto nacional”

Autocrítico. “No se puede vivir pensando en la ingeniería electoral mágica que nos va a sacar de este proceso de deterioro”, sostiene el intendente de Ramallo.
Autocrítico. “No se puede vivir pensando en la ingeniería electoral mágica que nos va a sacar de este proceso de deterioro”, sostiene el intendente de Ramallo.

En el comienzo de su tercer mandato, el intendente de Ramallo, Walter Santalla, se muestra autocrítico del rol del radicalismo. Reclama un “debate profundo” en el seno del partido y pide “terminar con esta conducta histórica de que en la UCR pareciera que las cosas empiezan dos meses antes de la conformación de una lista para las elecciones, porque eso no es un partido político”.

Con el objetivo de avanzar en ese sentido, el mandamás organizó para este fin de semana un Encuentro Radical de la Segunda Sección Electoral que se llevará a cabo en el hotel Howard Johnson Ramallo a partir de las 11.30. "Serán dos jornadas de debate con expositores sobre economía, los movimientos juveniles y la realidad nacional”, explica Santalla al comienzo de esta entrevista con NOVA.

El intendente destaca la “buena respuesta” a la convocatoria de los distintos sectores internos que, según sostiene, “han entendido que no se trata de hacer un encuentro para fortalecer un grupo en desmedro de otro sino de afrontar un debate sincero sobre los desafíos del radicalismo”. Política y gestión en esta charla a fondo.

- ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta en este nuevo mandato?

- Básicamente, poder garantizar la continuidad de los proyectos que estaban en marcha. Obviamente hay algunos que ya están consolidados y me parece que no admiten marcha atrás, pero hay algunos que indudablemente son los desafíos de esta gestión y algunos nuevos. En esta etapa, lo que más nos importa es la mejora de la infraestructura: Ramallo hoy todavía casi tiene un 35 por ciento de calles de tierra, con lo cual los programas de pavimentación con recursos propios son una prioridad para la gestión. La cuestión ambiental es otra prioridad, no sólo en términos de concientización sino fundamentalmente para que Ramallo elimine de una buena vez por todas el basural a cielo abierto, y en ese proceso estamos trabajando con el OPDS. Hemos consumido algunas etapas, este año la idea es cerrar definitivamente el basural y tener un relleno sanitario controlado para la disposición final y, en paralelo, diversas alternativas que implican una mejor conducta ambiental.

- ¿Como cuáles?

- Básicamente, avanzar en técnicas de separación en origen, la contenerización de la ciudad, procesos que está en marcha. Esos objetivos vienen sumados a lo que se han dado en los últimos años, que han sido positivo: el desarrollo turístico e industrial, las mejoras en salud y, como otra prioridad, el tema educativo, que si bien nos es ajeno, porque la responsabilidad legal de la educación es de la Provincia, nosotros desde hace dos años creamos un fondo destinado específicamente a la educación, que es una suerte de aporte externo a lo que sucede en el sistema público, que consiste en becas para estudiantes terciarios universitarios, una residencia universitario en Rosario, capitación permanente de nuestros docentes y aporte al equipamiento para todas las escuelas, además de un programa que para nosotros es una suerte de “niña mimada”, que es el programa de alfabetización digital.

- ¿En qué consiste ese programa?

- Implica que, todos los años, le entregamos una notebook a cada chico que ingresa al ciclo primario, y estamos en el proceso previo de capacitación de los docentes, de tal manera de dar a nuestros chicos la oportunidad de vincularse a las tecnologías que hoy ocupan un lugar preponderante en la dinámica de nuestra sociedad, y obviamente a futuro seguramente lo va a ser más. Para este año vamos a incursionar en el nivel inicial, para equipar a todos los jardines de infantes con una sala de informática incorporada a los salones de juego, que nos parece importante en función de lo que hoy sucede en el mundo y de lo que uno piensa que va a suceder en adelante. En el otro aspecto, el tema de la seguridad, donde si bien tampoco hay una responsabilidad legal sí hay una responsabilidad comunitaria, que es ineludible: vamos a continuar haciendo cosas con un sistema de patrullas municipales que complementan los esfuerzos de la Policía de la Provincia y con la conclusión definitiva del sistema de monitoreo público, que pensamos tener terminado para mediados de este año. Esas son las líneas centrales de la gestión.

- ¿Cuáles son las bases de ese desarrollo industrial y turístico?

 

- A nosotros nos ha ido muy bien en los últimos años en términos de crecimiento económico. El desarrollo industrial es notable. Mucho ha tenido que ver lo que ha sucedido en el país pero, en rigor de verdad, en términos industriales Ramallo ha crecido más que la media nacional, con la incorporación de empresas importantes como Bunge. Se ha aprovechado la potencialidad portuaria que tenía Ramallo, y que estaba inexpolotada, y el parque industrial Comirsa, que compartimos con San Nicolás. En realidad, allí hay un proceso de radicación de más o menos unas 120 empresas en los últimos cinco años que le ha cambiado el perfil a Ramallo.

- ¿De qué modo ocurrió eso?

- Para dar una idea de qué significa esto en términos sociales y económicos: cuando asumí como intendente (NdelaR: en el año 2003) el desempleo en Ramallo era del 25 por ciento aproximadamente. Hoy, de acuerdo al relevamiento que hemos hecho con el Ministerio de Trabajo el año pasado, estamos en 5, 3. Esto provoca un efecto sobre la comunidad, y es que, al estar incorporada la gente a los circuitos formales de trabajo, la sociedad se hace mucho más estable y mucho más segura, y deja de existir una presión social sobre el municipio como proporcionador de soluciones a los problemas cotidianos de la gente. Ese proceso no se ha detenido, aún en el 2008 y 2009, que fueron años complicados, y aún hoy, que indudablemente va a haber menor crecimiento económico. Pareciera que, en nuestra zona, sigue.

- ¿Cómo se traduce ese crecimiento?

- En el parque industrial Comirsa hay reservas prácticamente semanales de parcelas disponibles. De hecho, hace muy pocos meses, en diciembre, inauguramos el Parque Pymes II, un loteo de 50 hectáreas que tiene toda la infraestructura, debe ser uno de los lugares mejor equipados del país, y a dos meses de haberlo lanzado ya hay reservadas el 20 por ciento de las parcelas, con lo cual uno puede presumir que, en términos de crecimiento económico e inversiones, esto da para mucho más, y va a haber continuidad en el tiempo. Obviamente, para que esto provoque desarrollo hay que darle importancia a la educación, la formal y la no formal, como el gran elemento que va a proporcionar los recursos humanos que va a necesitar este crecimiento económico.

- ¿Y el desarrollo turístico?

- Hago un poco de historia. Hace algunos años encaramos con el Ministerio de Economía de la Nación un estudio de prefactibilidad e inversiones en la zona costera de Ramallo. Eso nos dio una guía importante a la hora de desarrollar una zona que históricamente estuvo más vinculada a lo que era el pastaje de animales, y se logró recuperar un predio de 50 hectáreas. Esa guía nos dio el impacto ambiental y los marcos jurídicos sobre cómo desarrollarlo. Es un esquema bastante sencillo: el municipio llevó a esa zona infraestructura vacía, energía, alumbrado público y agua corriente, y después son licitaciones con apertura al sector privado, por un régimen de concesiones de acuerdo al rubro del que se trate, si son complejos de alojamientos, lugares destinados al servicio, como gastronomía, o paradores de playa, y eso le ha cambiado la fisonomía al lugar, ha generado mucho empleo y el sector privado, que es el gran protagonista, ha respondido con creces.

- ¿Y los números?

- Para tomar algunos parámetros, en el año 2006 Ramallo tenía 80 plazas de alojamiento; hoy debe estar alrededor de las mil. Ha habido un salto cuantitativo y cualitativo en términos de la calidad de los emprendimientos, y esto indudablemente ya está consolidado. Nosotros no nos hemos quedado con lo que ya pasó: hace tres meses encargamos un servicio de consultoría para una revisión crítica de lo que hemos venido haciendo en estos años, porque fue tan rápido el crecimiento que, indudablemente, algunos errores debemos haber cometido, porque el proyecto era para desarrollar en diez años y, prácticamente, en tres o cuatro nos quedamos sin parcelas disponibles como para seguir generando emprendimientos. El desafío es ver cómo seguimos incrementando nuestra oferta de servicios, básicamente el alojamiento, que hoy sigue siendo un cuello de botella, y cómo complementamos con otros servicios.

- ¿Qué tipo de servicios?

- Tenemos tres grandes ejes. Estamos con la idea de licitar, a mediados de año, un gran centro de servicios náuticos, porque hoy Ramallo ya tiene colapsada su capacidad de almacenar barcos y lanchas, y para la región es muy importante que podamos ampliar nuestra capacidad de alojar ese tipo de vehículos. El otro tema es la concreción definitiva del museo de Juan María Traverso, en la localidad de Villa Ramallo, con la idea de que nuestro proyecto turístico no se agote solamente en la zona costera sino que logre involucrar a todas las localidades del partido. Hemos generado alrededor del predio donde estaría el museo la infraestructura de calles, asfalto y luces que hace falta para que eso sea posible. Y el otro gran proyecto, por el que estamos terminando los estudios de prefactibilidad, es ver si en Ramallo hay posibilidad de complejos termales. Hemos encarado una investigación a un reconocido geólogo que nos estaría entregando en el trascurso del mes de marzo los resultados finales, y obviamente a partir de allí la convocatoria, en el mismo sentido, al sector privado.

- ¿Cómo impactarían esos complejos termales en la actividad?

 

 

- Serían determinantes para romper de una buena vez por todas la estacionalidad: cuando uno tiene un proyecto demasiado vinculado al río, eso lo hace estacional y lo hace ir desde noviembre a marzo, con lo cual el resto del año, si bien sigue viniendo gente, es sensiblemente menor. Vamos siempre con la misma filosofía: el Estado promoviendo, fomentando, llevando infraestructura cuando hay que llevarla, generando los marcos legales que le den seguridad jurídica a las inversiones y la convoca tira permanente al dinamismo de la inversión privada.

- ¿Cómo es la relación con la Provincia?

- La relación con el gobierno provincial siempre ha sido buena, tanto con el gobernador (Felipe) Solá como con el gobernador (Daniel) Scioli y sus funcionarios, con las limitantes que hoy tiene la Provincia a la hora de obtener recursos. Pero, en general, ha sido una buena relación. Mentiría si dijera lo contrario.

- Pasando a lo político, ¿cuál cree que debe ser el rol del radicalismo en esta nueva etapa que se abre en el escenario político después de las elecciones?

- Obviamente, el que nos ha asignado la sociedad: el de una oposición que no puede ser a tontas y a locas y oponerse a todo. Tiene que ser una oposición constructiva, apoyar las cosas buenas que este Gobierno tiene, porque, si no, entraríamos en una actitud necia, y en ese sentido algunas contradicciones hemos tenido, y justo es reconocerlo. Ser un partido que tiene que proponerse como norte ser parte de una opción con un claro perfil progresista.

- ¿Cuál es su postura respecto de la intención de algunos sectores de modificar la carta orgánica de la UCR para que los intendentes puedan postularse a la presidencia del Comité Provincia?

- Me parece que, hoy, el partido no debería acotarse sólo a ese punto. Las cuestiones instrumentales de elección de cargos e incompatibilidades es importante que las revisemos, pero no las pongamos en el centro del debate. Me parece que hoy hay que tratar de pensar un partido moderno, con una estructura moderna, y no pensar solamente en las cuestiones personales de quienes circunstancialmente somos dirigentes. Porque, si no, nos vamos a volver a equivocar. No es la primera vez que nos pasa que las reformas de nuestro estatuto se hacen sobre la base de determinadas personas e intereses. Y eso nos está ahogando un debate más rico. Fundamentalmente, más allá de ese hecho puntual lo que nos tenemos que proponer es revisarnos como partido. Un partido que viene de retrocesos permanentes, y esto no significa culpar a nadie, porque seguramente todos tenemos una cuota de responsabilidad. Tenemos que tener 7 u 8 definiciones centrales que impliquen que todos, del primero al último, estemos con testes de esas definiciones, y no que muchas veces las voces de nuestro partido suenan discordantes en temas centrales de la vida política argentina. Sería minimizar el debate circunscribirlo a la reforma de nuestra carta orgánica.

- En ese sentido, ¿sería adecuado ampliar la política de alianzas y retomar el contacto con el FAP?

- A ver: hoy no es el momento de estar discutiendo posibles alianzas electorales. Que hay una afinidad natural, la hay. El desafío del radicalismo hoy es, primero definir su perfil. Recién después empezar a pensar cuál es el marco de alianzas que le queremos presentar a la sociedad o el proyecto del que queremos formar parte, si así lo queremos. No hay que apurar los pasos ni acelerar los procesos, porque nosotros tenemos algunos desafíos que zanjar puertas adentro, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Mientras no logre mejorar su performance electoral en la Provincia, el radicalismo no tiene proyecto nacional posible. En la Provincia está el 40 por ciento del padrón electoral del país, y nosotros hace muchísimos años que, a pesar de que la Provincia tiene enormes dificultades, no terminamos de constituirn0os en una opción. Y esto no sólo es malo para los dirigentes de la Provincia, sino para el radicalismo nacional.

- ¿Qué expectativas tiene para el encuentro de este fin de semana?

- Esperemos que sea un puntapié inicial que se reproduzca en distintas secciones de la Provincia, nosotros mismos nos estamos planteando volver a hacer otro en otra ciudad. Entendemos que en el radicalismo tiene que darse un fuerte proceso de debate interno con todas las partes, evitar lo que ha sido una conducta casi histórica nuestra, de armar grupos y comportarnos a veces como sectas. Tenemos que definir muchas cosas, y hacerlo entre todos. No se puede vivir exclusivamente pensando en la ingeniería electoral mágica que nos va a sacar de este proceso de deterioro que hemos tenido, sino que precisamente para salir hay que trabajar mucho más y todo el tiempo. Hay que hacer algunas cosas más amplias que impliquen que aquella sana práctica que teníamos hace 15 años atrás de sentarnos a discutir política en el más amplio sentido de la palabra vuelva a formar parte de nuestra agenda.

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