Panorama político bonaerense

El conflicto docente sigue latente mientras el ultrakirchnerismo ataca a un gobernador que resiste

Con el conflicto salarial docente en el centro de la escena, Scioli resiste mientras el cristinismo lo acecha.
Con el conflicto salarial docente en el centro de la escena, Scioli resiste mientras el cristinismo lo acecha.

Por Mariana Massa, corresponsal de NOVA en la Casa de Gobierno.

 

 

El gobernador Daniel Scioli no deja de ser el protagonista en un escenario donde la oposición no aparece. Más allá que no es novedad que los sectores lejanos al oficialismo carecen de fuerza y trascendencia en el mundillo político, resulta por lo menos llamativo que finalizando el mes de marzo no hayan salido del cascarón en un año electoral.

 

En la corta semana, el ex motonauta sorprendió a propios y extraños cuando encabezó una reunión con los representantes del Frente Gremial Docente en la sede central de la Dirección General de Cultura y Educación.  Es poco común encontrar en los archivos la visita de un mandatario provincial a esta cartera.

 

No sólo encabezó la reunión con los docentes sino que luego de ella dio una conferencia de prensa desde el despacho de la titular de Educación, Nora De Lucía. El encuentro no dio los resultados esperados porque si bien se había aclarado de antemano que no se trataba de una paritaria y que no se abordaría el tema salarial -hubo conversaciones en torno a los comedores, transportes y aportes a IOMA-, los maestros hicieron eco de su reclamo frente al mandamás bonaerense y todo quedó en la nada porque el gobernador continuó aclarando que desde la administración se hicieron los máximos esfuerzos.

 

En la última paritaria, el aumento ofrecido por el gobierno fue del 22,6 por ciento en tres tramos (marzo, septiembre y diciembre). El Frente lo rechazó y basa su negativa en el porcentaje de cada tramo. Scioli, el mismo día de la última reunión paritaria, anunció en conferencia de prensa a los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno que ese aumento se instrumentaría por decreto.

 

Por ese entonces, el conflicto estaba latente. Los gremios que integran en Frente Gremial Docente realizaron otra medida de fuerza con 48 horas de paro, caravanas en distintos municipios y una movilización a la Gobernación, pero ante la ausencia de una nueva convocatoria llamaron a un nuevo paro, esta vez de 72 horas, para el 8, 9 y 10 de abril próximos. Tras salir de la reunión de este miércoles con el mandatario provincial, los docentes ratificaron la medida de fuerza, aunque desde el gobierno los citaron nuevamente para la semana que viene. Más allá del encuentro, a los maestros les quedó claro que la administración provincial da por cerrada la discusión salarial y por eso no ceden en su reclamo.

 

Sin dejar de lado las críticas que se le pueden hacer a Scioli por la falta de una oferta que se condicione con la realidad, hay que rescatar que desde hace algunas semanas aparece no sólo ante la prensa sino ante los docentes. Obviamente, esto no llevará a la solución del conflicto pero al menos comunica y responde preguntas, algo poco habitual en este país.

 

En su última alocución, que pareció estar estudiada, el ex motonauta le hizo un guiño al kirchnerismo en medio de un sinfín de cruces entre representantes de su espacio y de la Casa Rosada, que resurgen mes a mes. El gobernador tocó un tema muy temido como lo es la inflación al decir que durante el encuentro con los docentes “hice un análisis en cuanto a los esfuerzos que se están haciendo y que hay avances en cuanto a desaceleración de la inflación”.

 

“La inflación es lo que afecta a los sectores más vulnerables, a los trabajadores y la aceleración que se había dado se está revirtiendo, lo cual prevé que un 22,6 proyectado pueda tener un mejor rendimiento y expectativas que las que había hace un tiempo atrás”, añadió.

 

Si bien utilizó la desaceleración de la inflación como apoyo en el aumento ofrecido, no deja de ser una palmada en la espalda para el gobierno de Cristina Kirchner que se cansa de recibir bofeteadas por este tema.

 

No todo lo que brilla es oro

 

Sin embargo, como la relación con el kirchnerismo es de amor-odio. Tal como publicó NOVA este sábado, desde sectores cercanos a intendentes alineados al kirchnerismo salieron a desmentir una solicitada con la firma de 89 alcaldes en apoyo a Daniel Scioli en el marco del conflicto docente. En el documento aparecía el apoyo de Fernando Espinoza (La Matanza), Hugo Curto (Tres de Febrero), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Julio Pereyra (Florencio Varela), todos de indudable raigambre cristinista, que estarían furiosos porque sus rubricas aparecen sin haber sido consultados, al menos eso es lo que trascendió.

 

“A mí no me preguntó nadie, y ahí estamos”, se sinceró ante este portal el jefe comunal de uno de los 89 distritos que se amontonan al pie de la solicitada. El malestar crece porque los alcaldes no quieren enfrentarse a los docentes de su territorio, a quienes la solicitada ubicó en la vereda de enfrente en el pago chico.

 

En esas gestiones estuvieron Alberto Pérez, Cristina Álvarez Rodríguez, Alejandro Arlía y hasta el propio Scioli, que se habría encargado de los pedidos más sensibles.

 

No conformes con la aclaración a este medio, los jefes comunales estarían analizando la posibilidad de publicar en los próximos días una solicitada en medios locales para desmentir la posición planteada en el documento de la discordia.

 

La estrategia del ala dura del kirchnerismo en territorio bonaerense es clara: voltear a Scioli, por algo Cristina Kirchner decidió no volver a enviarle más fondos y dejar librada a la administración a su suerte. Por el momento el gobernador resiste y como también como adelantó este portal, no en vano tiene como aliado a Francisco De Narváez, quien supo ser su máximo opositor en las elecciones pasadas.

 

Mientras tanto, el kirchnerismo no encuentra el protagonismo en la Provincia y fuerzas como la UCR, el FAP, el Pro y el Peronismo disidente menos aún. Las elecciones aparecen desdibujadas, con un escenario que no atrae, sin fuerza y desprovisto de mayores sobresaltos.

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