El reclamo de un nuevo aumento salarial de los docentes y empleados públicos bonaerenses en general, por caso, fue adquiriendo fuerza hasta convertirse en una presión notoria sobre la administración de Daniel Scioli, donde se decidió reabrir, a partir de esta semana, las discusiones paritarias sectoriales a modo de válvula de escape.
Las negociaciones, sin embargo, amenazan con encallarse a poco de andar. El gobierno provincial, que definió aumentos salariales generales que rondaron entre el 21% y el 25% en marzo, irá a las paritarias con la consigna de hierro de no dar más incrementos masivos en lo que resta del año. Y los gremios se proponen discutir asuntos varios -algunos de los cuales pueden significar, en rigor, mejoras en los ingresos de los trabajadores- pero con la cuestión salarial como eje central de su estrategia.
En
La compleja y crónica problemática de la seguridad, en cambio, pese al disparador que significó el monstruoso crimen de Candela Rodríguez, continúa encorsetada en el síndrome electoralista dominante, de acuerdo a la definición de
En ese clima, la oposición se peleó inicialmente entre sí sobre si pedir explicaciones institucionales -en el ámbito de
INDICIOS INQUIETANTES
A casi tres semanas de la aparición del cuerpo de Candela, la investigación no muestra avances sustanciales. Pero no se trata de eso. Un caso complejo no tiene por qué ser resuelto en ese tiempo. Se trata de los preocupantes indicios que señalan que
Se trata, también, de ciertos "manejos" que multiplican la preocupación. Las detenciones de varios sospechosos fueron anticipadas a algunos medios, que pudieron tomar la imagen del detenido cuando era ingresado, esposado, a alguna dependencia. Abundan los datos extraoficiales sobre los presuntos antecedentes penales de algunos sospechosos. Y vuelan los "trascendidos" que dicen que Candela habría sido abusada antes de su secuestro. Pero luego brillan por su ausencia las precisiones sobre cómo y por qué esos sospechosos habrían participado del crimen y no se da información seria sobre los resultados de la autopsia.
El día que un juez de Garantías excarceló a tres imputados, fueron detenidos dos nuevos sospechosos. De uno de ellos se conoció de inmediato su "prontuario". Los que desconfiaron de una maniobra destinada a "compensar" el efecto negativo que pudieran producir las liberaciones, quizás hayan tenido razón. Uno de esos demorados -el hombre del que se conocieron profusamente sus antecedentes delictivos- fue liberado al día siguiente "porque no tenía nada que ver".
Y entre tantos trascendidos sobre vida y obra de la familia de la niña y de los sospechosos, no hay una explicación seria sobre la línea investigativa que se sigue.
Antes y después del secuestro y muerte de Candela, se han cometido miles de delitos en el territorio bonaerense. No se trata de estar fallando solamente en este caso. El crimen de Candela ha venido, dolorosamente, a poner otra vez -como ya ocurriera en el caso de la familia Pomar, entre tantos- en la superficie las limitaciones gigantescas que