La Provincia

Año nuevo, escenarios nuevos

El gobernador Scioli con el ministro Casal en un operativo de incautación de armas y drogas,  en Lanús
El gobernador Scioli con el ministro Casal en un operativo de incautación de armas y drogas, en Lanús

LA PLATA, Enero 01.-(Por MARISA ALVAREZ) La Provincia inicia el nuevo año con augurios de situaciones complejas en el plano político y en un marco económico de mayores dificultades. Sin que haya tampoco, vale señalarlo, indicios de tiempos críticos, los cambios políticos operados a partir de las elecciones y la evolución de tendencias ya insinuadas en algunas variables de la economía externa y nacional, alcanzan para consolidar un pronóstico de año difícil que se hará sentir en la Administración provincial.

El mapa político rediseñado por la selección de candidatos en el oficialismo primero, y el resultado electoral después, y que ahora -superadas salidas, asunciones, repartos de cargos, etc.- entrará en pleno vigor, resulta para el gobierno de Daniel Scioli un escenario marcadamente distinto al de su primer mandato. Mientras que en los últimos dos años el predominio del conjunto de la oposición en la Legislatura no le generó complicaciones mayores, ahora el cambio de configuración interna del propio oficialismo en ese ámbito no sólo preanuncia tensiones para el trámite de algunas leyes que pueda requerir el Ejecutivo, sino que funciona como reflejo de duras pulseadas políticas que trascenderán sobradamente los muros del Palacio de Calle 7.

La Legislatura será la sede institucional en la Provincia del poder político otorgado por la Casa Rosada a las líneas ultra K y/o cristinistas que responden directa y únicamente a la Presidencia de la Nación: las nucleadas en torno del vicegobernador Gabriel Mariotto, en la agrupación juvenil La Cámpora -ambas, con fina sintonía de acción-, en el vicepresidente Amado Boudou y en otros sectores más clásicos, como los que contienen al diputado nacional Carlos Kunkel.

Con la mira puesta en el 2015, todos esos grupos y en particular Mariotto, los referentes de La Cámpora y Boudou han definido estrategias de crecimiento y expansión que incluyen al territorio bonaerense como la plataforma principal de sus objetivos político-electorales. Y en ese esquema, la pulseada inevitable será con Scioli -que tiene, claro, su propio objetivo para el 2015-, por un lado, y, por el otro, con el “peronismo clásico” de la Provincia alineado en el kirchnerismo, es decir, con la mayoría de los intendentes de ese signo.

Por lo pronto, lejos del plano meramente legislativo, el 2012 arranca con una dura embestida de sectores ultra K sobre la política de gestión más sensible del gobierno de Scioli, la de Seguridad. Con los cañones apuntados en especial sobre la Policía, esa avanzada no es, en rigor, nueva, pero su principal fogonera, la ministra nacional del área, Nilda Garré, la ha reinstalado en los últimos tiempos. Y el mismo día en que comenzó formalmente la relación del Gobernador y su vice -el día de sus asunciones- una refriega entre efectivos de Infantería y militantes de La Cámpora actuó como detonante de las diferencias entre esos sectores y la Gobernación.

En el plano económico, la Administración provincial, eternamente deficitaria y obligada a tomar financiamiento para cubrir gastos básicos, encara un año en el que el crecimiento -y por lo tanto, los ingresos tributarios- se desacelerará y estará fuertemente condicionado por dos vías: la gravitación de la crisis europea y el agotamiento del superávit con que el gobierno nacional se manejó en las dos primeras gestiones kirchneristas.

El gobierno bonaerense tendrá que moverse, así, en un marco complejo, en el que, entre otras aristas arduas, deberá definir aumentos salariales entre una Casa Rosada que reclama “mesura” y límites en esos ajustes y gremios que -como los docentes- no dudaron, en esa puja, en hacer paros incluso antes de que terminara el 2011.(Fuente: EL DIA)

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