Un caso sospechoso de sarampión en San Antonio de Areco ha encendido las alertas entre las autoridades sanitarias locales, quienes han iniciado de inmediato los protocolos necesarios para frenar posibles brotes. El caso fue reportado por un pediatra y, tras el diagnóstico preliminar, se activaron medidas específicas que incluyen el monitoreo de contactos y un refuerzo en la cobertura de vacunación en la comunidad.
El Dr. Favio Crudo, experto en epidemiología, destacó la importancia de la rapidez en la acción ante estos casos. “Es fundamental actuar lo más pronto posible, ya que, muchas veces, cuando un caso se confirma, ya es tarde para evitar que se propague el brote”, expresó. El equipo sanitario está evaluando la situación en el Instituto Santa María, donde el caso fue reportado, haciendo especial énfasis en el nivel inicial para asegurar que todos los niños estén al día con las vacunas, conforme al protocolo sanitario.
El sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa, puede ser grave, provocando complicaciones como neumonía, meningitis y secuelas neurológicas en los casos más extremos. Si bien es comúnmente asociada a niños, adultos no vacunados también pueden contraerla, lo que subraya la relevancia de mantener una tasa alta de inmunización, especialmente porque la vacuna es gratuita y obligatoria a los 12 meses y nuevamente entre los 5 y 6 años.
El resurgimiento del sarampión en varias partes del mundo, debido a una disminución en las tasas de vacunación, ha sido una de las principales preocupaciones para la Organización Mundial de la Salud (OMS), que desde 2023 ha observado un aumento en los brotes. En Argentina, el Ministerio de Salud reportó 17 casos confirmados de sarampión en lo que va de 2025, con un notable incremento en el Área Metropolitana de Buenos Aires y otras zonas.
Según estadísticas nacionales, la cobertura de la vacuna triple viral, que protege contra el sarampión, rubéola y paperas, ha caído alarmantemente en los últimos años, lo que aumenta el riesgo de la reaparición de enfermedades previamente controladas. Entre 2019 y 2023, la cobertura se redujo en un 30%, lo que ha generado un terreno fértil para la propagación de enfermedades como el sarampión, que en su momento fue erradicado en muchas regiones del país.
A raíz de esta situación, las autoridades sanitarias han reforzado las campañas de vacunación en las zonas más afectadas y piden a los padres que verifiquen las vacunas de sus hijos para evitar contagios y complicaciones. En este sentido, el compromiso colectivo es esencial, ya que la inmunización no solo protege a quienes la reciben, sino que también contribuye a la inmunización colectiva, protegiendo a aquellos que no pueden vacunarse por razones de salud.
El caso sospechoso en el Instituto Santa María pone de manifiesto una tendencia preocupante en todo el país: el resurgimiento de enfermedades prevenibles debido a una creciente desinformación y la baja cobertura de vacunación. La situación exige un esfuerzo conjunto entre autoridades y ciudadanos para evitar que enfermedades controladas vuelvan a convertirse en una amenaza para la salud pública.