La provincia

A las puertas de otro pico de la crisis

Scioli en reunión informal con ministros. La gobernación apura el blanqueo de que no podrá pagar sueldos con aumentos si no recibe un auxilio financiero “especial”
Scioli en reunión informal con ministros. La gobernación apura el blanqueo de que no podrá pagar sueldos con aumentos si no recibe un auxilio financiero “especial”

LA PLATA, Febrero 03.-(Por Marisa Alvarez ) Se vive tiempo de descuento en la Provincia. Cada día que pasa, está más cerca el ingreso de la Administración de Daniel Scioli a una situación signada por falta de acuerdos salariales y/o insuficiencia de fondos para afrontar el pago de los salarios una vez que comience a regir el aumento, cualquiera sea la mejora que se conceda. Paros en las escuelas, los hospitales, la justicia y ámbitos burocráticos pero en los que la gente debe efectuar trámites imprescindibles; protestas gremiales en la calle y, en suma, la no prestación de servicios básicos y la paralización del aparato público podrían ser el “resultado” de esa situación, como contexto de la gravedad que implicaría no pagar sueldos o pagarlos “en cuotas”.

¿Suena alarmante? El “pronóstico” es admitido -y advertido- por funcionarios del propio gobierno provincial. Es el escenario sobre el que se trabaja en este tiempo en el gabinete. Y surge de números conocidos por lo menos desde que, hace más de dos meses, quedó definido el Presupuesto de gastos y recursos del Estado bonaerense para este año. El fondo de la situación -la crisis económica y financiera de la Provincia-, por lo demás, está dado desde hace mucho tiempo. La única novedad es que se avanza hacia un rebrote, otra fase aguda, sin que surjan instrumentos capaces de evitar un nuevo estallido.

NUMEROS QUE LO DICEN TODO

En las negociaciones salariales en marcha, el piso está dado por el 17% que auspicia el gobierno nacional a través de la paritaria docente, y el techo por el 25% que reclama la mayoría de los gremios. Por lo tanto, a la Provincia, que sin incremento ya tiene este año un costo en “Remuneraciones” de 63.200 millones de pesos, la mejora le significará un gasto extra de entre 11.000 millones y 16.000 millones de pesos.

Y el resto de los números del Presupuesto -que revela que, sin el aumento de sueldos, la Provincia tendrá un bache entre ingresos y erogaciones que la obligará tomar financiamiento por unos 19.000 millones de pesos- indica que la Administración provincial no tendrá los recursos suficientes para pagar los sueldos con un aumento que oscile entre esos extremos. Ni encontrará financiamiento por niveles semejantes en “el mercado”, donde ya se está endeudando a tasas muy altas para un Estado (entre el 17% y el 19% por préstamos inferiores a los 179 días, mientras Bolivia encuentra financiamiento al 4% a largo plazo).

Esa es la proyección que llevó al gobierno de Scioli a decidir -más allá de las razones objetivas e históricas para la reivindicación- la estrategia de arrancar el año con un fuerte reclamo en pos de una reforma de los sistemas de reparto de los ingresos impositivos nacionales que le adjudique a Buenos Aires mayores porcentajes de participación que los actuales.

UNA ESTRATEGIA CON FORMA Y FONDO

La estrategia se planteó desde la certeza de que una reforma del sistema general de coparticipación de impuestos, que requeriría un acuerdo de todas las provincias, sería virtualmente imposible. Y contenía una apuesta mínima a la posibilidad de que el kirchnerismo -en la Casa Rosada, en el Congreso- aceptara modificar la ley que fija el reparto del 10% de la recaudación del impuesto a las Ganancias entre las provincias, para descongelar la parte bonaerense, fijada en 650 millones de pesos desde hace 16 años.

Una apuesta a que, para no afectar lo que recibe el resto de los distritos, la Nación cediera algunos de los 90 puntos con que se queda de esa recaudación, aunque esa eventual reforma no le sacaría este año las papas del fuego al gobierno de Scioli.

Pero enero ya fue y el reclamo por los repartos de impuestos nacionales sólo recibió rechazos y críticas desde el kirchnerismo que manda en la Rosada y en el Congreso.

Así, cada vez más cerca del tiempo en que habrá que definir un aumento salarial que no sumerja a la Provincia en un caos de paros y, sobre todo, del tiempo en que habrá que pagar los sueldos “aumentados”, el gobierno de Scioli empieza a mostrar, apuradamente, el objetivo de fondo de la estrategia.

UN SOLO BOTE SALVAVIDAS

La intención fue, desde el inicio, instalar que la Provincia necesita mayores recursos que “los habituales” para afrontar los gastos de este año, aún los esenciales como los sueldos, y aún llevando al límite la posibilidad de tomar deuda en el mercado. Una necesidad frente a la cual a la Administración Scioli le queda un único bote salvavidas para evitar el naufragio: una asistencia financiera -vía préstamo, subsidio, auxilio, fondo especial, mayores aportes, cualquiera sea el formato- del gobierno nacional.

EL GRAN INTERROGANTE

¿Qué hará la Casa Rosada?

El gobierno de Scioli está pidiendo una asistencia de más de 10 mil millones de pesos. “Demasiado para auxilio a una provincia”, dicen en ámbitos nacionales.

Por lo pronto, desde sectores del kirchnerismo comenzaron a escucharse en las últimas semanas críticas a “la gestión” de Scioli y a su desempeño como administrador; para algunos observadores, el argumento con el que la Rosada justificaría una eventual decisión de no otorgarle un auxilio financiero.

Otros analistas creen que, para decidir, tendrán en cuenta “el antecedente” de la crisis del aguinaldo, cuando el gobierno bonaerense no pudo pagar en tiempo y forma ese beneficio en julio pasado. Aquella crisis también golpeó a Cristina Kirchner, que sufrió una baja en su imagen positiva motivada, según las encuestas, en que la gente le atribuyó parte de responsabilidad en el problema y consideró que tenía instrumentos para superarlo. Hay quienes sostienen, sin embargo, que en Olivos ya tendrían evaluado que en esta ocasión el desgaste sería mayor para el Gobernador.

Lo cierto es que, además, las necesidades y el pedido del Gobernador se dan en un clima, nuevamente surcado por las tensiones, las desconfianzas, las críticas y las pujas en la relación entre Scioli y el kirchnerismo con terminal en la Rosada, en un paisaje que ya tiene las elecciones legislativas en el horizonte, y acercándose.(Fuente: EL DIA)

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