La Provincia

Scioli, trajeado para el 2015

Por Marisa Alvarez

Hace ya mucho tiempo que en la Argentina la madre de todas las batallas no es la que se libra en las urnas entre dos fuerzas políticas poderosas que encarnen nítidos y diferenciados proyectos políticos. Es la que se despliega en un determinado territorio. La provincia de Buenos Aires. Más precisamente, su Conurbano. Más precisamente, puertas adentro de la movediza arena del oficialismo. Y es en ese paisaje donde comienzan a acentuarse señales de las lides electorales por venir.

Desde su base bonaerense, por lo pronto, Daniel Scioli aceleró en los últimos días la construcción de su perfil de candidato presidencial hasta un nivel que, acostumbrados a su índole cautelosa, pocos imaginaban. Su participación en dos actos políticos de grupos afines en una semana le alcanzaron para terminar de ocupar el centro de la escena política, si de discutir el 2015 se trata.

Claro que también dio otras señales del camino que pretende transitar hacia la Casa Rosada. Entre esos actos “propios”, Scioli estuvo dos veces junto a Cristina Kirchner, una de ellas en una jornada particular: la del paro nacional de Moyano-Micheli, para darle un rimbombante respaldo -”Presidenta Coraje”, la definió- frente a la movida sindical.

Con el traje de candidato ya puesto, Scioli es observado con atención en esta carrera por propios y extraños y genera dudas capitales.

CUANDO Y COMO

¿Cuándo y cómo dará finalmente el gobernador bonaerense la pelea por la Presidencia?

Es la pregunta que se hacen De la Sota, Urtubey, Gioja, Capitanich y el resto de los gobernadores que, con o sin proyecto presidencialista propio, alimentan el objetivo de que en 2015 vuelva a haber un candidato “peronista a secas”. La misma pregunta que se hacen desde Francisco De Narváez y otros dirigentes del peronismo disidente que no descartan la posibilidad de que Scioli encarne una nueva versión del justicialismo que los contenga. La misma duda de Sergio Massa, otro dirigente bonaerense que viene acelerando en una construcción propia, una liga informal de intendentes oficialistas “con autonomía”, y que cree en las chances de una sociedad electoral con un “Scioli también autónomo”.

Claramente, el Gobernador apuesta a manejarse a partir de ahora como líder y candidato de un sector “propio” e ir sumando. Antes de fin de año protagonizará otro mitin de su agrupación, La DOS, en Pilar, y un acto “institucional” -con manzaneras, jóvenes del Plan Envión y otros sectores de la comunidad beneficiaria de planes del gobierno provincial- en el que se subraye un apoyo a su gestión.

LA CAPITAL FEDERAL Y EL PJ BONAERENSE, OBJETIVOS

Prepara también un desembarco fuerte, para cerrar el año, de La DOS en la capital federal, con el titular del Bapro, Gustavo Marangoni, como conductor de la agrupación y con Roberto Lavagna y Jorge Telerman como potenciales candidatos. Como para que quede definitivamente claro que con Macri -en tanto candidato presidencial- no habrá sociedad electoral sino confrontación.

Y se prepara también para otra apuesta fuerte: la que se viene por la conducción del PJ bonaerense.

La Casa Rosada ya está moviendo piezas para monopolizar el consejo partidario que se definiría en marzo próximo, en sociedad con los intendentes que no discuten las decisiones del cristinismo -representados en esta movida por Hugo Curto y Alberto Descalzo, entre otros. Y en ese marco, hay sectores que evalúan plantear que Scioli, por su condición de gobernador, debería presidir el PJ provincial, si es que se aspira a definir una lista única para la próxima conducción. Scioli no resolvió aún si buscará ese cargo, pero sí tiene ya decidido dar pelea para que el sciolismo y los grupos afines “estén correctamente representados” en el futuro consejo.

CANDIDATO “NATURAL”

En medio de estos preparativos, algunas “convicciones” y estrategias ayudan a responder cómo respondería Scioli el cómo y cuándo.

El Gobernador -que es de los que creen que, llegada la hora, los planetas se alinean indefectiblemente en su favor- apuesta a ser en 2015 el “candidato natural” de un oficialismo que, con el kirchnerismo-cristinismo desgastado y sin sucesión propia- volverá a ser, sustancialmente, peronismo. Se imagina, así, candidato presidencial de un proceso no traumático -sin rupturas- hacia adentro del oficialismo, pero lo suficientemente diferenciado, de cara a la sociedad, de lo que representa hoy ese espacio, en particular después del 8N.

Y no es Scioli el único que imagina un proceso de esas características. Analistas políticos, dirigentes opositores y no pocos referentes del oficialismo K -que mantienen por ahora esa “idea” en el cajón de los pensamientos inconfesables- hacen evaluaciones y pronósticos similares.

El tema es que antes del 2015 está el 2013.

El Gobernador cree que, con su necesidad de ganar -y bien, frente a derrotas seguras en Santa Fe, Córdoba, Mendoza y capital federal- en territorio bonaerense, la Casa Rosada le reconocerá su alta buena imagen en la Provincia otorgándole generosa gravitación en las listas de candidatos.

Hay señales -es cierto- de que la Casa Rosada ha ordenado el cese de las hostilidades ultra K hacia Scioli. Las encuestas dicen que su candidata para encabezar la nómina bonaerense al Congreso -Alicia Kirchner- pierde en todos los escenarios: contra Alfonsín, contra Karina Rabolini, contra De Narváez, por ejemplo. Pero el cristinismo cree que para que el Gobernador permanezca en el FpV “no hay porqué entregarle” las candidaturas y se apresta a copar las listas bonaerenses, como lo piensa hacer con el PJ.

Pero las encuestas dicen algo más: que Scioli, debido a los “gestos diferenciadores” de los últimos tiempos, cosecha sus mayores apoyos entre quienes tienen una abierta opinión negativa de la Presidenta y el gobierno nacional. La misma gente que, según los sondeos, querría ver reflejada su postura en los resultados de los comicios del 2013.

Por eso, en el camino hacia el 2015, todas las estrategias de estos tiempos son, en rigor, provisionales.

Fuente: EL DIA

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