La Provincia

Primeras imágenes del año difícil

Aulas vacías en el arranque de las clases. El primer síntoma de un año económico y financiero sumamente complejo.
Aulas vacías en el arranque de las clases. El primer síntoma de un año económico y financiero sumamente complejo.

LA PLATA, Marzo 11.-(Por Marisa Alvarez) La Provincia vive las primeras manifestaciones concretas del “año difícil” -en la definición de los moderados- que en materia económica y financiera atravesarán el país y, más agudamente, las administraciones públicas bonaerenses (la central y las municipales). “Año difícil”, también, para los ciudadanos, afectados por la doble vía de las medidas con que los gobiernos buscan incrementar sus ingresos (aumentos de impuestos, tarifas y tasas, por caso) y de los efectos de los déficits públicos: peores servicios -interrumpidos, a veces, por paros- y menos obras.

Los números dicen que el ‘rojo real’ de la Administración provincial rondará este año los 14 mil millones de pesos

La semana que pasó fue un duro anticipo del futuro. Segunda semana de clases, segunda semana de paros docentes de por los menos 48 horas. Un indicio de lo que viene: en la semana que se inicia serán la Justicia y la atención médica en los hospitales públicos los servicios que se verán resentidos por huelgas.

La salida de la crisis en que se han sumergido estas negociaciones salariales aparece como un misterio para sus propios protagonistas y revela la profundidad de las complicaciones financieras del Estado.

En el gobierno de Daniel Scioli sostienen que el techo que la Administración nacional le fijó al aumento para los docentes -algo menos del 20%- no puede ser superado por la Provincia por razones económicas y políticas. Toman nota de que con esa señal sobre las medidas salariales que la Casa Rosada espera para este año -incluso de los sectores privados-, se involucró personalmente Cristina Kirchner, con sus polémicos comentarios sobre las condiciones laborales de los maestros. Y concluyen: ese tope debe ser respetado por la Provincia tanto por el alineamiento político de la Gobernación como por “los números”.

NUMEROS EN ROJO

Los números dicen que, con un “rojo real” -el volumen de fondos que deberá tomar prestados este año para cumplir con el Presupuesto previsto y otorgar un aumento salarial que no llegue al 20%- del orden de los 14 mil millones de pesos, la Administración provincial no podría afrontar “por sí” un gasto aún superior en Personal, sino a costa de un bache financiero directamente inmanejable. Pero si no cumpliera con la pauta nacional, la situación sería todavía mucho peor: para cubrir parte de ese rojo, en la Provincia esperan recibir un préstamo de la Nación similar al que obtuvo en el 2011, del orden de los 4 mil millones; auxilio que no llegaría si la Provincia definiese una política salarial al margen de la pauta nacional.

Las previsiones sobre cómo se obtendrían los otros 10 mil millones para cerrar el año -según números que manejan en la Legislatura quienes se interesan por las cuentas de la Provincia- reflejan las dificultades de la Administración aún para endeudarse: las Letras del Tesoro (préstamos de corto plazo) aportarían 3 mil millones; el bono con que se postergan a fin de año pagos a proveedores del Estado implicaría unos 2 mil millones; y habría que emitir un bono en el mercado internacional por mil millones de dólares (unos 4.500 millones de pesos) por el que, crisis europea mediante, habría que pagar hoy un interés “imposible” para operaciones en dólares, alrededor del 15% anual.

Con estos números a la vista, la pulseada salarial aparece como apenas un emergente de una situación sumamente compleja de la que hablaron, por caso, los intendentes del sur del Conurbano, esta semana, con el propio Scioli. Agobiados por déficits crónicos de sus administraciones, agravados ahora por 900 millones de pesos que, “de repente”, ya no recibirán de la coparticipación nacional, y con las manos vacías al cabo de esa reunión -se les anotició que la Provincia no podrá cubrir ese agujero-, los jefes comunales se proponen llevar “el problema” al jefe de Gabinete de la Nación.

Mientras tanto, del otro lado de la mesa salarial están los gremios, que comprometieron ante sus afiliados la obtención de aumentos que no estén, al menos, por debajo de la inflación real del año pasado, es decir, del 25%.(Fuente: EL DIA)

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