La provincia

Ni la tragedia pudo con los compartimentos estancos

Scioli y Alicia en un acto de la presidenta, el jueves pasado. No hubo coordinación de acciones entre las distintas jurisdicciones gubernamentales por la inundación.
Scioli y Alicia en un acto de la presidenta, el jueves pasado. No hubo coordinación de acciones entre las distintas jurisdicciones gubernamentales por la inundación.

LA PLATA, Abril 14.-(Por Marisa Alvarez) Pasaron 12 días desde que la tragedia cubrió la capital de la Provincia. La inundación -que formó una especie de anillo que empezaba a pocas cuadras de la Gobernación dejó decenas de muertos, destrucción y angustias difíciles de superar. Dejó en evidencia también, en un balance provisional hasta este momento, que sólo la solidaridad de la gente funcionó a la perfección, con eficiencia y rapidez.

En los estamentos gubernamentales e institucionales, se registraron muchas “fallas” -si es que esa palabra engloba errores, omisiones, demoras y todos los tipos de falencias que se dieron- frente a la magnitud de la catástrofe, que dejó a 40 mil familias con casi todos sus bienes perdidos y una cantidad provisional de más de 50 muertes. Y en ese panorama sobresalió una ausencia de trabajo conjunto entre estamentos de las administraciones nacional, provincial y municipal, que sería apenas un dato político si no fuera porque tuvo efectos concretos sobre la atención y la asistencia que recibieron los afectados.

ASISTENCIA Y COMPARTIMENTOS

La ayuda del ministerio de Desarrollo Social de la Nación en mercaderías, por caso, fue enviada en casi su totalidad a un depósito que quedó a cargo de La Cámpora, conducida en la emergencia por el diputado nacional Andrés El Cuervo Larroque. Con búnker central en la Facultad de Periodismo, miles de jóvenes de esa agrupación, a los que se sumaron luego militantes de otros sectores del ultrakirchnerismo -el Movimiento Evita y el Kolina de Alicia Kirchner- trabajaron sin descanso en tareas de asistencia desde el primer momento de la catástrofe.

Pero en las primeras 48 horas del desastre esa mercadería permanecía en el depósito. No se trató de un problema de voluntad ni de intencionalidades. Fue un estricto problema de logística. Ese sector político tenía brazos dispuestos pero no vehículos suficientes para ir a los barrios a repartir la asistencia. Recurso que sí poseían organismos de la Provincia y de la Municipalidad, no autorizados a acceder a esa mercadería. Fue necesaria una intervención de Alicia Kirchner y que se dispusiera que la mitad de los camiones que el Ejército tenía trabajando en la Ciudad se volcaran al operativo de La Cámpora, para que esa mercadería comenzara a ser distribuida el viernes 5.

AYUDA ECONOMICA, SIN COORDINACION

La asistencia económica a las víctimas de la tormenta tampoco fue resuelta de manera coordinada por todas las jurisdicciones. Cada una definió la propia en soledad, en rigor.

En la Gobernación y la Municipalidad se enteraron qué aportaría la Nación cuando escucharon a la Presidenta hacer el anuncio por cadena nacional de radio y tevé. La Casa Rosada la definió por estratos sociales: subsidios para jubilados que cobran la mínima y para los que perciben la Asignación Universal por Hijo (consistente en una duplicación de esos montos durante tres meses) y créditos para el resto de los damnificados. Con matices, la administración de Daniel Scioli copió en el modelo: créditos para todos los afectados en función de sus ingresos (anunciados el primer día) y subsidio para jubilados que cobran el haber mínimo, a lo que sumó exenciones impositivas. La Comuna resolvió también exenciones de tasas.

Crece, así, un reclamo en los barrios afectados, cualquiera sea la condición social, por una compensación económica por las pérdidas provocadas por la inundación que, según anticipan algunos observadores, podría derivar en demandas de resarcimiento.

La Presidenta y el Gobernador no han vuelto a hablar desde el primer día de la catástrofe. En esa jornada, Cristina Kirchner estuvo diez minutos en la Gobernación, durante los cuales les pidió a Scioli y al intendente platense, Pablo Bruera, que dieran “la cara” y asumieran “los reclamos” de las víctimas. Luego, hubo una reunión de Alicia Kirchner con los funcionarios provinciales del “comité de crisis”, focalizada en la asistencia más urgente, y un encuentro del ministro De Vido con el jefe comunal, que no derivó en decisiones de acciones comunes.

Hubo, sí, otra visita de la Presidenta -a centros de ayuda-, dos recorridas de Alicia Kirchner y una del vicepresidente Boudou. En todos los casos, sin la compañía de funcionarios provinciales ni comunales.

EXCEPCIONES A “LA REGLA”

Una excepción a ese funcionamiento en compartimentos estancos pasó por el rol que ejerció el viceministro de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, como representante de la Casa Rosada en el comité de crisis. En la Gobernación y la Municipalidad destacan su papel en las múltiples tareas que, de manera coordinada con esos estamentos, cumplieron el Ejército, la Gendarmería y la Prefectura durante los primeros y más duros días de la catástrofe.

También fue mejor la interrelación entre la Provincia y la Municipalidad, aunque allí despuntó una de las polémicas más duras: las obras hidráulicas que debieron hacerse en la Región y que, eventualmente, podrían haber moderado los devastadores alcances de la tormenta del 2 de abril. Los platenses esperan que, además de la eventual determinación de responsabilidades por lo que no se hizo, fundamentalmente se definan de una vez cuáles son esas obras y, de una vez, se hagan.

MUERTE Y DUDAS

Un capítulo aparte lo constituye la controversia abierta sobre la cantidad de muertes que provocó el temporal. La Ciudad se vio estremecida por una ola de rumores macabros que aumentaron el dolor y el duelo y desembocaron en la existencia de una investigación oficial, en el fuero penal, y otra paralela en el fuero contencioso administrativo. El manejo de esas causas judiciales, la manera en la que se informó sobre la paralela, a cargo del juez Luis Arias, el conflicto de competencia y las críticas que se cruzaron los magistrados, sólo contribuyeron hasta ahora a provocar más incertidumbre y confusión. Sería inadmisible que la Justicia no cierre este capítulo bochornoso con un trabajo serio y responsable que termine con una situación inadmisible: que ni siquiera se sepa con certeza cuántas vidas se llevó la inundación y quiénes fueron esas víctimas.(Fuente: EL DIA)

 

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