Romain Michel, más conocido como Manito BB, tiene 22 años y está en Ginebra, Suiza, creciendo día a día en el mundo de la música. En diálogo con NOVA, recordó sus comienzos y lo que viene haciendo en el transcurso de estos meses.
“El mundo del canto empezó después de varios viajes por Latinoamérica. Siempre me ha gustado cantar. Después de haberme quedado 3 meses en Colombia decidí probar, por pura pasión”, destacó el joven que, además, recalcó que “elegí este camino porque es una verdadera pasión”.
“Es la cosa que me hace más feliz en la vida. La mayoría de mis temas son de reggaeton, como Tulum o Ángel o Deomia, pero también he hecho temas en francés que es mi idioma materno que no son de reggaeton. Cuando lo hago, me siento vivo”, remarcó.
Además, como dato a tener en cuenta, Manito BB estuvo en Medellín, Colombia, para el concierto de Maluma: “Fue una experiencia única porque es mi artista favorito. Cuando lo estaba mirando, todos mis sueños se despertaron muy intensamente. Quería dar todo para poder llegar a este nivel algún día”.
“Mis metas son ser el primer cantante suizo que se haga internacional. Quiero aprovechar mis dos culturas para mezclar los estilos y proponer algo nuevo, algo único. No me pararé antes de cumplir este sueño de niño”, dijo.
Por otro lado, contó que “con mi música, me siento muy feliz y orgulloso porque le gusta a toda la gente alrededor de mí, que sea mi familia, mis amigos, o gente de mi universidad, todos me soportan y me de mucha confianza”.
“A las futuras generaciones, les diría seguir sus sueños, no importa que son, porque al final es lo que nos hace sentir vivos. También les diría seguir su instinto y no escuchar todo lo que dice la gente. La primera vez que dije que quería ser cantante, estaba con dos amigos en una playa colombiana. Después de haber escuchado reggaeton por toda parte durante varias semanas, les dije bromeando que yo también quería ser reggaetonero”, recordó.
Por último, contó: “La broma se convirtió en realidad. Cuando decidí empezar de verdad, no tenía ninguna ayuda o ningún contacto, empecé realmente de cero. Poco a poco, aprendí cómo funcionaba el mundo de la música. Todavía tengo muchísimas cosas que aprender, pero hoy ya tengo una mejora estructura con buena gente que me ayuda”.
“Es un sentimiento único” la música “las escucho muchísimo antes de subirlas porque son mías, como un bebe. Y le doy vida cuando la subo por las plataformas. Cuando están públicas, lo que más me gusta es escucharlas por casualidad, en discotecas o bares. Esto me hace sentir muy feliz porque es un reconocimiento de mi trabajo”, concluyó.