LA PLATA, Marzo 03.-(Por JOSE PICON) La segunda semana consecutiva que se inicia con paros docentes y de un sector de los estatales, alcanza por sí sola para ratificar que la encerrona financiera que sufre la Provincia goza de muy buena salud.
El gobierno bonaerense atinó luego de que el malestar sindical se tradujera en medidas de fuerza, a formalizar una oferta de aumento tan extraña como sorpresiva.
De asegurar que con fondos propios sólo podía ofertar un 5%, pasó a plantear un 17,8% de incremento, si que, según se admitiera oficialmente, la Nación garantizara ni un peso de asistencia.
La duda, planteada en reserva por los sindicatos, es si esa oferta tiene la consistencia y el respaldo como para ser considerada tal, más allá de que ya fue rechazada por todas las organizaciones.
No pocos dirigentes se preguntan cómo el gobierno provincial, de pasar a decir que disponía de unos 3.250 millones de pesos para destinar al aumento de sueldos, pocos días después blanquea que está en condiciones de desembolsar cerca de 7.800 millones para pagar la primera etapa de esa mejora a partir del 1º de este mes. Todo, sin el auxilio financiero que implora a la Casa Rosada.
Esa situación poco clara enturbia la negociación con los gremios, por ahora en estado de letargo a la espera de que lleguen fondos nacionales o alguien en el gabinete provincial saque un conejo de la galera.
La indefinición genera especulaciones de todo tipo. Hay quienes creen que la Casa Rosada, enfrentada con Scioli desde que el Gobernador dijera que quiere ser presidente, tiene margen para jugar al desgaste mientras el clima de conflictividad sindical, si bien alto, no desborde los límites lógicos y paralice el funcionamiento del Estado.
“Alguna ayuda tiene que venir”, es la esperanza a la que se aferran en el sciolismo, convencidos de que una prolongación del escenario de paros también terminará erosionando la playa del kirchnerismo.
Scioli dijo en la Asamblea Legislativa que seguirá trabajando para encontrar una solución al conflicto. Y produjo, en ese ámbito, diversos gestos de acercamiento con el kirchnerismo. Uno fue bien sonoro: habló de anteponer los intereses del pueblo “por sobre cualquier bandera política y aspiración personal”.
Sin soluciones a la vista, hay quienes dibujan escenarios a partir de la reciente definición de la Presidenta en el sentido de que las provincias deben fijar los salarios en función de los recursos con los que cuentan.
¿Se verá forzado Scioli a cerrar la paritaria por decreto con el último aumento ofrecido y rechazado por los sindicatos y pagarlo con los sueldos de marzo? El Gobernador ya apeló a ese mecanismo cuando se desató el largo conflicto con los empleados judiciales. El dato es que, lejos de aplacarse, la protesta se profundizó.
TENSIONES
Mientas tanto, el gobierno de Scioli aparece tironeado por alguna movida que estarían cocinando los sectores ultra K de la Legislatura. Montándose en los reproches sobre la forma en que distribuye las cargas tributarias la Provincia y la necesidad de contar con mayores recursos, estaría por alumbrar un proyecto de alto impacto: la estatización del juego.
A mediados del año pasado el kirchnerismo anduvo dando vueltas con este tema en ambas cámaras, pero finalmente no pasó de amagues y borradores. Ahora, se dice, habría alguna decisión de avanzar con la idea de que los millonarios fondos de las apuestas queden íntegramente en manos del Estado.
La cuestión no parece sencilla: Scioli renegoció vencimientos de licencias con varios bingos a cambio de adelantos de fondos que utilizó el año pasado para tapar el bache financiero.
Mientras tanto, en sintonía con la tensión de la negociación salarial, aparecieron versiones sobre supuestos contrapuntos en el gabinete provincial en relación al manejo del conflicto con los gremios y, puntualmente, sobre la demora en producir la oferta salarial luego de iniciado el ciclo lectivo.
La discusión podría ser la antesala de un posible cambio de rol de uno de los altos integrantes del equipo provincial.(Fuente: EL DIA)
