Día de la Lealtad peronista

Juan Clidas aseguró que “jamás” olvidará el 17 de octubre de 1945

Juan Clidas en diálogo con 'BerissoCiudad en Radio'.
Juan Clidas en diálogo con 'BerissoCiudad en Radio'.

Fuente: BerissoCiudad

 

En el Día de la Lealtad peronista, ‘BerissoCiudad en Radio’ tuvo el honor de recibir como invitado a unos de los reconocidos personajes de la ciudad que hizo el 17 de octubre de 1945, fecha que consagró a la ciudad como cuna del peronismo. Quien visitó los estudios de Radio B fue Juan Clidas, reconocido militante justicialista que no hizo más que relatar su historia de vida.

¿Cómo nace el 17 de octubre?

El 17 de octubre empieza en la huelga de los tres meses de la carne, fue cuando empezamos a levantarnos de la atmósfera, como uno decía en aquellos tiempos. Yo tenía un grupo de compañeros de la murga de “Los Martilleros” y con ellos parábamos a la gente que iba a carnerear, parábamos los micros, los tranvías, los hacíamos bajar y le decíamos que se vuelvan a la casa, eso duró unos tres meses.

Ya el 5 de octubre de 1945 vino a la ciudad Evita a repartir ropa a la Escuela Nº 52 (Escuela Nº 1), una vez que se entregó todo hizo uso de la palabra y nos mandó a trabajar porque la huelga estaba perdida, ahí nosotros protestamos, Evita se levantó y no vino más a la ciudad de Berisso.

El 12 de octubre de 1945 desde mi casa salimos con los bombos a reclamar por Perón, él se encontraba preso, llegamos a la comisaría que se encontraba en la Guayaquil y nos tiraban gases lacrimógenos, eran unos 20 ó 30 pibes, nos limpiábamos los ojos con agua de la zanja, después salimos el 13, 14 y 15 de octubre.

¿Cómo fue el día previo?

Después, el 16 de octubre, el día más hermoso de mi vida, salimos de mi casa, llegamos a la Montevideo, pasamos por el Bar Sporman y nos fuimos para La Plata, llegando a la calle Trieste el escuadrón nos atacó con gases lacrimógenos, después  nos juntamos con gente de Ensenada y nos fuimos hasta La Plata a pie.

Después  nos dividimos, nosotros llegamos a Casa de Gobierno, el otro grupo pasó por el diario El Día, ellos eran todos antiperonistas, desde la casa Perna también nos insultaron, los muchachos se metieron ahí y le sacaron todos los fiambres, los comimos cuando estábamos de vuelta.

Mientras estábamos en 8 y 50 alguien salió hablar, en este momento no recuerdo quién fue, nosotros con los bombos no estuchábamos nada y a las 10 de la noche nos volvimos a pie.

¿Cómo fue el 17 de octubre en sí?

El 17 de octubre fuimos a trabajar y a las dos de la tarde vino la orden de abandonar todo y nos fuimos, ahí comenzaron las caravanas, nosotros pasamos a buscar los instrumentos de la murga, unos tres bombos y nos fuimos en un camión de carnicero, llegamos hasta Plaza de Mayo y hasta que no salió Perón al balcón no nos vinimos.

¿Cómo vivieron ese momento?

Fue inolvidable, uno era joven pero no sé de dónde sacamos las fuerza, nosotros seguimos tocando el bombo hasta no poder más, después él nos mandó de vuelta sin hacer problemas porque al otro día era San Perón y el 18 de octubre no trabajó nadie, eso es y fue inolvidable, jamás lo voy a olvidar.

¿Ese fue el nacimiento del bombo en los actos partidarios? ¿Se puede decir que vos fuiste el primero en tocar el bombo en una manifestación?

Sí. Como nosotros teníamos la murga “Los Martilleros”, salíamos todos los fines de año a recorrer Berisso tocando los bombos, invitábamos a las familias amigas, y es ahí cuando el bombo quedó como algo fijo. El día del 17 de octubre se nos dio por salir con ellos por algo que surgió como juventud.

Es más, yo todavía tengo el bombo del 17 de octubre de 1945, cada cuatro o cinco meses la paso manteca a los cueros y tengo la masa que se usaba en esos tiempos, no la manguera que usan ahora.

Desde el día que se murió Perón no toqué más y el día que yo me muera tampoco se va a tocar más, se va a ir conmigo, sino se los dejo a mis nietas para que le quede de recuerdo.

Un mensaje final…

Lo único que tengo para decirles a los peronistas es que se unan, que sean compañeros, que no se peleen, si nos peleamos nos joden los de afuera, acá somos todos iguales, somos todos peronistas, somos todos descamisados, no hay que olvidarse de eso.

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