Turismo

Boca del Salado, la bahía del silencio

Por Daiana Noval (*), especial para ArecoCiudad.
Por Daiana Noval (*), especial para ArecoCiudad.


En esta oportunidad voy a presentar un lugar que para muchos de los viajeros que cada año se dirigen hacia la Costa Atlántica bonaerense pasa desapercibido, sin sospechar ni saber siquiera la mixtura de historia y naturaleza que allí reside.

Ubicada en la bahía de Samborombóm, sobre la ruta 11, a poco más de 150 kilómetros de Capital Federal, en el extremo noreste del partido de Castelli, la Boca del Salado es la escapada perfecta para los que buscan el silencio lejos de la ciudad.

Se trata de un complejo con puerto privado, fruto del esfuerzo del ‘Vasco’ .Landetcheverry, dueño de esas tierras, laburador y persistente, que a pulmón comenzando por la década del 60, solo como un ermitaño, cuando la ruta 11 era de conchilla y los ciervos dormían sobre la misma, construyó un muelle sobre la margen sur del río para facilitar la operación de la flota pesquera.

Cada año y por un período de meses, centenares de pescadores de corvinas rubias y negras cambian Mar del Plata y San Clemente por este solitario atajo.

El loco Abel, como lo llaman cariñosamente los lugareños, pudo emprender lo que hoy es una reserva o zoológico privado que otrora contaba con pumas y zorros plateados, y hoy protege en forma libre gatos monteses, búfalos, nutrias, ñandúes, antílopes, variedad de aves, y la estrella máxima: las manadas de ciervos Axis (el Bambi de Disney).

Otras de sus reliquias es el hospital de plantas y su colección de objetos e historia, museo íntimo emplazado en una estación de servicio abandonada, donde hoy alberga huesos de ballenas, monedas, balas de cañón, botellas, maderas de viejos hundimientos, puntas de flechas, vasijas, entre otros tesoros.

A todo este paraíso se le suma lo que es el eje del lugar, un restaurante, donde su esposa con su atención cálida y amena, elabora comidas caseras con recetas gallegas de antaño, combinadas con la cocina vasca, y facturas caseras que hacen del lugar una parada inevitable camino a la Costa.

Indudablemente, y por experiencia acoto, la Boca del Salado es la escapada ideal para los que deseamos huir de la rutina y los fantasmas de la ciudad.

¿Cómo llegar?

- Desde Capital Federal, por ruta 36 al empalme con ruta 11, 12 km hacia la derecha. Luego del segundo puente a 500 metros.

¿Dónde alojarse?

- Hotel Pipinas Viva  TEL 02221 492 144   A 20 km. Pipinas.

¿Qué podemos visitar?

-           El puerto

-           Reserva zoológico privado

-           Museo de reliquias

-           Hospital de plantas

-           Restaurant Boca del salado

(*) Estudiante de Licenciatura en Turismo

@Dainoval

Daiana.noval@hotmail.com


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